Pregunta:
En nuestro grupo de estudio, analizamos el versículo que prohíbe a una persona herir a su padre y a su madre.1 Un miembro del grupo de estudio se preguntaba cómo aplica esto para él, que es un médico observante de la Torá. ¿Le está permitido tratar a sus propios padres si esto implica que sangren?
Respuesta:
Aunque la prohibición bíblica real aplicaría a quien hiriese a sus padres con malas intenciones, y no a un médico que hiciera algo bueno, se nos exige sin embargo no hacer nada que haga sangrar a nuestros padres. De hecho, el Talmud menciona a varios sabios que no les permitieron a sus hijos que les quitaran astillas o hicieran cosas similares por esta razón. Por el mismo motivo simbólico, un hijo médico no debería llevar a cabo ningún procedimiento que pueda implicar un sangrado.2
El Rambam dictamina que esto es así sólo si hay otra persona que pueda hacer el trabajo. Si, por el contrario, no hay nadie más y el progenitor está sufriendo, el hijo médico debe hacer lo que sea necesario, siempre que el progenitor dé su consentimiento.3
Algunos llevan esto un paso más allá y enseñan que un médico puede realizar el procedimiento si es el más calificado y sus padres lo prefieren a él antes que a otro.4
Mi sugerencia es que su amigo hable de este tema con un rabino ortodoxo competente para estar preparado para actuar de la mejor manera si la ocasión se presenta.
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