Otra vez es ese momento del año. Fin de declaraciones anuales de American Express y Chase. Los W2 y los 1099. Una declaración de Countrywide y una revisión anual del Bank of America. Tengo una idea clara de en qué gasté mi dinero este año. Sé cuánto gasté en combustible (mucho), en la hipoteca (demasiado), en libros (no lo suficiente) y en agua (nada… tengo un pozo privado). La mayoría de los estadounidenses también está abriendo el documento más temido del año: la hoja de balance de sus inversiones. Un año terrible en los mercados. Los bajos fueron muy bajos. Casi todos terminaron el año patas arriba. La mayor parte de los balances está impresa en rojo. También es tiempo de recalcular, de recalibrar. Tiempo de reconsiderar la sabiduría de invertir en un fondo específico. Quizás, después de todo, Madoff estaba sobrevalorado… Quizás no hay almuerzos gratis… Quizás el certificado de depósito al 1,2% era una buena idea después de todo.
Dicen que el tiempo es dinero… Yo digo: “ojalá el tiempo fuera tan barato…”. El tiempo es el único bien irremplazable. Podemos aprovechar una hora al máximo, todo lo que queramos, pero no podemos recuperar el tiempo que perdimos la hora anterior. Puedo ponerme al día con mi educación, con mi fondo de pensión, con mis horas de sueño, con mi dieta. Pero el tiempo que perdí está perdido para siempre. ¿No sería entonces inteligente pensar cómo lo invierto? Si tengo una cantidad de tiempo para invertir, ¿no debería prestar atención? ¿No debería consultar con un experto en manejo del tiempo para que me ayude a decidir qué hacer con él? Quizás debería observar patrones previos, estudiar los resultados, y actuar en consecuencia en el futuro. Quizás debería alejarme de un fondo que me ha decepcionado una y otra vez. Quizás debería ir a por el fondo que tenga el toque mágico, el que me haya dado intereses y capital una y otra vez.
Cada minuto empleado en actividades egoístas será, por lo general, un minuto que contaré como perdido al final del camino. Mientras disfruto de manera egoísta me convenzo de que es una gran inversión. Sin embargo, me decepciono una y otra vez. Se siente bien, suena bien, sabe bien, pero siempre después le sigue una caída. Los gráficos muestran altos retornos, y luego caen por debajo del borde de la hoja.
Usar el tiempo en actividades desinteresadas puede sentirse aburrido. O sin sentido. O ambas cosas. Tal como aquel certificado de depósito poco atractivo de 0,6%. Pero para aquellos de nosotros que lo hemos intentado, para aquellos de nosotros que hemos plantado las semillas, el rédito está garantizado.
Según rabí Schneur Zalman de Liadi, la tasa actual de retorno es del 1000%... El Alter Rebe, como lo llamaban, nos da a conocer una manera impresionante de obtener más de 24 horas al día. Por cada porción de tiempo que sacrifico por otra persona, por un propósito más elevado, en lugar de destinarlo a mí mismo, Di-s garantiza que obtendré como retorno ese tiempo y más. Mucho más. Mi mente y mi corazón se refinarán y mejorarán. Lo que suele tomarme horas para comprender, lo entenderé en minutos. ¡Un millón a uno! El tiempo ocupado en tareas benignas se reducirá, y habrá más de aquel bien precioso disponible para mí. No garantizado por la CFSD, sino por el Todopoderoso.
Para un adicto en rehabilitación, pasar tiempo ayudando a otros es parte integral de la recuperación propia. El capítulo 7 del Gran libro de Alcohólicos Anónimos está dedicado a “trabajar con otros”. La primera línea resume la efectividad de hacerlo: “La experiencia práctica muestra que nada asegura la inmunidad a beber como lo hace el trabajo intensivo con otros alcohólicos”.
Así que mientras evalúo qué hacer con mi próxima porción de tiempo, mis ojos están puestos en el Fondo Desinteresado. Algo me dice que esta será una gran inversión.
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