Estimados lectores:

Hay una famosa discusión sobre si Noaj viviera en otra generación que no haya sido tan corrupta como la generación del diluvio no sería considerado un tzadik, un justo. Solo es considerado un justo en contraste con el resto de la población malvada del diluvio.

La segunda opinión sostiene que era un justo en esencia y en cualquier generación que hubiese nacido resaltaría su naturaleza ética.

A mí me gusta pensar que era un hombre normal con mucho coraje, pero también con debilidades.

Coraje para enfrentar a toda la sociedad en la que se encontraba. Todos aceptaban la promiscuidad y la desfachatez como algo normal, pero él se mantenía al margen.

Todos iban para un lado, él iba para el otro. No hace falta ser un tzadik para ponerse en contra de la corrupción, incluso un hombre común puede encontrar el coraje necesario para no dejarse llevar por lo que hacen todos los demás.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy