Estimados lectores:
Medio shekel era traído para la construcción del Mishkan, no importa cuánto uno tuviera, rico o pobre todos traían medio shekel.
La construcción colectiva de un lugar para recibir a Di.s requería que cada uno pusiera lo suyo, pero que nadie sintiera que era más dueño que el otro, todo aportaban por igual.
Y ese aporte era una mitad, medio, algo incompleto. Sin el aporte del prójimo no somos nada. Si creemos que lo vamos a poder hacer solos, sin apoyarnos en la comunidad no somos nadie.
En un momento que toda la humanidad está cooperando para luchar contra la pandemia, este mensaje es mucho más relevante, nuestra responsabilidad por el prójimo, es enorme, sin el otro quedo incompleto. Dependemos uno del otro para poder construir algo.
¡Shabat Shalom!
Rab. Eli
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