Estimados lectores:
Este es un momento de sacrificios.
Leemos en la Torá sobre los distintos sacrificios que se traían en el Mishkan como ofrenda para agradar a Di-s.
Hace miles de años que los judíos ya no podemos hacer ofrendas en el altar de Jerusalem, pero no por eso dejamos de hacer sacrificios.
La caridad, la plegaria ocupan el lugar de los korbanot. En el fondo resumen la misma idea conceptual. Los animales que se traían como agradecimiento o para tratar de enmendar algún error cometido representaban un esfuerzo y una abstinencia para la persona que hacia la ofrenda, ese animal o esa harina que podría aprovechar para sí mismo era acercada al altar.
Así también cuando uno se esfuerza para ganar dinero, poniendo su energía, tiempo e inteligencia y “sacrifica” una porción de ese esfuerzo para beneficiar a otro es tzedaka y genera satisfacción al Todopoderoso como lo hacían los korbanot.
En estos momentos críticos que está viviendo la humanidad podemos entender el mismo concepto. Cuando sacrificamos nuestro confort quedándonos en casa en lugar de salir, porque sabemos que eso puede poner en riesgo a otras personas, estamos de algún modo diciendo “Estoy dispuesto a dar algo de mí, para el bienestar de la humanidad”.
Cuando por el contrario no entrenamos nuestra capacidad de sacrificio y no podemos ver más allá que nuestro propio beneficio, somos incapaces de actuar correctamente cuando llega este momento. Para que entregar ese cordero perfecto si me lo puedo comer yo, para que regalar esas monedas que tanto me costaron ganar, por que sacrificar mi confort para salvar a otro, si lo único que importa soy yo.
¡Shabat Shalom!
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