Todas las semanas debemos conectar lo que leemos en la Torá con lo que vivimos en nuestro mundo, en nuestras vidas.
Esta semana leemos sobre el distanciamiento social, al que se sometían los enfermos de Tzaraat, “debían ser llevados fuera del campamento”, no hablar con nadie, no interactuar con nadie a la espera de su recuperación.
La relación con nuestra situación actual no podría ser más obvia. Más de la mitad del mundo, se encuentra en estos momentos en alguna fase de ya mentado distanciamiento social.
Los comentaristas de la Torá explican que llevar al enfermo de tzaarat afuera del campamento no era solamente para que el “metzorá” no infectase a otros, sino que tenía la oportunidad de reflexionar sobre sus acciones y meditar que lo había llevado a este estado. El tzaarat no era una enfermedad común, era una alerta espiritual.
No creo que la situación actual sea un castigo divino, pero si estoy convencido que estos días de cuarentena nos permiten reflexionar profundamente sobre el tren de vida que veníamos llevando como humanidad y como individuos.
Toda la humanidad se encuentra en un mismo problema que debe resolver, esperemos que podamos salir mejores, más unidos y fortalecidos de estos duros momentos.
Mis plegarias junto a todos los enfermos que necesiten curación y mi consuelo para todos los deudos que han perdido seres queridos.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy
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