En respuesta a su carta, en la cual escribe que se siente temeroso y con pánico. Por lo general, esta clase de problemas no tiene base en la realidad (excepto por el hecho de considerar estos pensamientos y obsesionarse con ellos). Por consiguiente, el hecho de dejar de centrarse en estas ideas (hesej hadáat) las elimina por completo.
Se sabe que hesej hadaat no significa entrar en batalla con un pensamiento en particular, dado que combatir una idea es lo contrario de dejar de pensar en ella. Más bien, supone, lisa y llanamente, pensar en otras cosas por completo: cuando el pensamiento perturbador irrumpa en la mente, se lo ignorará por completo; con gran firmeza, no se lo dejará crecer ni se lo combatirá. Más bien, se lo dejará de lado y se pensará en otra cosa.
Con mayor precisión, son desterrados si se piensa en temas de Torá y mitzvot: puesto que aún una pequeña cantidad de luz disipa una gran cantidad de oscuridad. Se entiende que todo lo anterior puede lograrse mejor cuando se está sano y fuerte, razón por la cual debe preguntarle al médico sobre los síntomas y seguir sus instrucciones.
No obstante –como se expuso con anterioridad‒, hágalo sin pensar obsesivamente en el tema. Puede cobrar una confianza adicional en que tendrá éxito en la búsqueda de librarse de sus temores, ya que nos encontramos ahora en medio del período de las Altas Fiestas, en los días en que se nos firma y sella para bien.
En este tiempo, Di-s, la Esencia del Bien, hace que el bien descienda sobre todos y cada uno de nosotros, de manera abiertamente revelada.
Adaptado de una carta del Rebe de Lubavitch. Libro Igrot Kodesh, Vol. XVI, pág. 17
Únete a la charla