Anónimo

¿Cuándo volveré a sonreír? No puedo dejar de pensar en esta pregunta. A medida que las aguas se van calmando y la nueva normalidad de una niña que lucha contra una adicción (que no es para nada normal) se vuelve una rutina agitada, me pregunto si alguna vez volveré a sonreír. ¿Cuándo?

Nuestra hija está comenzando su primer tratamiento parcial. Como adulta, puede negarse a asistir al centro de tratamiento con servicio completo que los médicos le recomiendan, a menos que nosotros la “internemos”1 , algo que no queremos hacer ni sentimos que sea necesario en este momento.

El consenso al que llegamos fue un programa de hospitalización parcial (PHP), que incluye vivir en un hogar comunitario con normas, inspeccionado por un supervisor, y asistir a la clínica cinco días por semana durante al menos cinco horas cada vez.

Cuando el equipo médico considere seguro que regrese a casa, si es que ocurre, le permitiremos que vuelva.

Nunca estuvo contenta con esto. Si bien estamos trabajando con nuestras habilidades de codependencia, nosotros tampoco estamos contentos. El programa parece tener muchos defectos2 y deficiencias; ella se resiste y constantemente quiere saber cuándo podrá regresar a casa.

“Si te centras en cuándo te irás, no estás aquí realmente”. Ese es el mensaje que intentamos transmitir, pero es difícil decirlo de corazón cuando nosotros mismos no estamos seguros de si es adecuado para ella y tenemos dudas sobre algunas partes del programa.

No hay una guía, no hay nadie que realmente pueda contestar nuestras preguntas. Cada caso es distinto, cada niño/cliente es diferente, cada centro de tratamiento es diferente, y hemos intentado hacer lo mejor que podemos con la información limitada que tenemos y el poco tiempo con el que contamos para tomar esas decisiones.

Ver su tristeza, su lucha constante y, además de todo eso, nuestra incertidumbre, parecía demasiado abrumador y más de lo que una pareja debería tener que soportar.

¿Cuándo volveré a sentir ese espíritu despreocupado tan familiar hace apenas unas semanas?

Conozco todos los lemas.

Un día a la vez.

Suelta las riendas y entrégaselas a Di-s.

Toma tiempo.

Esto no te ocurre a ti, ocurre frente a ti.

Aunque sientas que caes, Di-s siempre tiene un plan.

Y hay miles de frases más.

Creo en todas. Sé que son verdad. Pero mis dogmas están debilitados. Mis palabras no me inspiran. Solía creer que el lema “Fíngelo hasta que lo consigas” era lo suficientemente bueno para usarlo como un principio de vida.

No siempre tienes que sentir que lo que crees es verdadero. El hecho de que no lo sientas como tal no significa que no lo sea. También soy consciente de esto.

Quizás estoy lamentando la paz relativa que (creía) estar teniendo. La verdad es que todo esto había empezado hace tiempo. Solo que yo no era consciente de ello. ¿La ignorancia es realmente una dicha? ¿O es una táctica dilatadora? ¿Es como intentar tapar el sol con un dedo? Ya sea con o sin negación, tenía una vida relativamente tranquila.

Ahora, tengo un nudo en el estómago que nunca desaparece. A pesar de que me distraigo con algunos proyectos que valen la pena, y otros que no tanto, se me retuerce el estómago (y ni siquiera he comenzado a abordar el efecto dominó que todo esto tiene en el resto de la familia. Ese es un tema aparte).

Sé que tengo que dejarlo ir y recurrir a mi fe. Debo creer que todo estará bien, y realmente lo creo; simplemente tengo miedo de que cuando ocurra sea demasiado tarde.

Creo que lo principal es la incapacidad de poder controlar de alguna manera mi destino, algo impuesto por mí mismo y por el exterior.

Dicen que la entrega es el epicentro de la recuperación. Solo cuando alguien llega a la “muerte del ego” puede comenzar a reponerse.

¿Cómo se siente? ¿La muerte del ego es el sentimiento de estar perdido? ¿Aplica solo al adicto o a todo el mundo? ¿En cualquier situación?

La analogía que se suele dar es que solo cuando la semilla está completamente descompuesta y pierde su identidad por completo, comienza a brotar y crecer. Eso es muy cierto en algunos casos, pero ¿se aplica a todos?, ¿solo se puede sanar cuando se pierde la identidad por completo?

¿Qué ocurre si solo estoy parcialmente abrumado? ¿Eso es suficiente para que comience la recuperación y la sanación?

¿Tocar fondo es la única manera de repuntar? ¿Existe un punto intermedio en el que podamos ponernos de acuerdo y decidir que ya hemos tenido las suficientes lecciones y ya hemos crecido lo suficiente?

Todo se reduce a esto: tocar fondo no significa que estás completamente anulado como persona. Tocar fondo significa darse cuenta de que “no puedo hacer esto por mi cuenta”.

Para un adicto, eso generalmente significa que han perdido todo, posiblemente incluso su matrimonio, su salud, su trabajo, su sentido de autoestima y toda su identidad, hasta que se da cuenta que es incapaz de seguir solo. Y en ese momento acude a Di-s.

Otros, la familia y los amigos, o personas de cualquier parte del mundo con problemas, simplemente (y no es “simplemente”, es mucho más que eso) tienen que darse cuenta de que lo que Di-s les puso sobre los hombros (o, si se quiere, sobre una bandeja) es más de lo que pueden soportar por sí mismos.

En ese momento es cuando tocas fondo.

Si no te impulsa a cambiar y vivir con más profundidad, humildad, sentido y autenticidad, es muy probable que no hayas tocado tu propio fondo. Mientras una parte de ti aún crea (de cierta forma engreídamente) que “puedes hacerlo tu solo”, es probable que aún haya más trabajo por hacer. Más muerte del ego por la que pasar, más fondos por tocar.

Cuando realmente toco mi fondo, me doy cuenta de que todo crecimiento o mejora que ocurra a partir de ese momento no es algo que hago por mí mismo, es algo que hago gracias a Di-s.

Y con la ayuda de Di-s, tendré éxito. No porque sea fuerte o sabio, sino porque Él lo es, y Él está en esto conmigo.

No se trata de mí. En ese momento, y solo en ese momento, habré comenzado mi camino hacia la recuperación.3

El autor es un rabino estadounidense. Esto forma parte de una serie de artículos que relatan la lucha de su hija con adicciones y trastorno mental.