Estimados lectores:

Parece que fue hace años la última editorial que escribí, pero en realidad fue la semana pasada.

En el medio vivimos el mayor y más sanguinario ataque que vivió el pueblo judío desde el Holocausto.

Hay mucho en las noticias y en las redes sobre lo que pasó y lo que está pasando, por lo que me voy a concentrar en otro detalle.

La semana pasada compartí una experiencia personal de la festividad de Sucot en la que hablaba de los puentes y la unión del pueblo judío. Ese pueblo dividido y agrietado quedó en el pasado, por los motivos más crueles, es verdad, pero la unión, la fuerza y el coraje que estoy viendo estos días en nuestro pueblo no tienen precedente.

Jóvenes judíos seculares en Argentina organizaron plegarias masivas en sus colegios, personas que nunca en su vida se habían colocado los tefilin se acercaron a las sinagogas y Beit Jabad esta semana, cientos de miles de mujeres y niñas alrededor del mundo se preparan para encender las velas de Shabat en lo que sería sin dudas el Shabat más respetado que tengamos registro. Todas estas acciones en memoria de los caídos en manos de los terroristas, de los secuestrados, de los soldados en el frente y de los judíos en Israel y en cualquier país del mundo.

El Rebe dijo que estos preceptos protegían a los soldados y amedrentaban a los enemigos. Sigamos haciendo la mayor cantidad de buenas obras y plegarias, los que estamos en Israel se lo agradecemos.

Estamos convencidos que saldremos victoriosos y que el pueblo judío está más fuerte que nunca. Ellos viniron a traer oscuridad y muerte, nosotros respondemos con luz y lejaim.

AM ISRAEL JAI

¡Shabat Shalom!