Estimados lectores:

La falta de definición es uno de los grandes problemas que tenemos como sociedad y como individuos.

Es normal que cueste a veces tomar una decisión, hay que tener un tiempo prudencial de reflexión, pero lo que es grave cuando una persona es eternamente pendular sin tomar posiciones firmes, sin convicciones duraderas.

En el judaísmo realzamos las actitudes de valor de aquellos con ética férrea, los jasidim en la ex URSS o los torturados por la Inquisición española en el siglo XVI, nada lo movía de su fe y de sus objetivos. Por eso el pueblo judío pudo llegar hasta acá.

En nuestra parashá vemos que Rivka sufre por el movimiento del feto que tenía en su vientre, cuando pasaba por una casa de espiritualidad el feto se excitaba, cuando pasaba por un lugar de culto idolatra ocurría lo mismo. Rivka estaba muy angustiada por esa dualidad de su futuro hijo ¿Sería una persona sin convicciones? ¿Todo le daría igual?

Logró calmarse cuando supo que tenía dos bebes en espera, incluso que uno tendría elecciones opuestas a la que ella eligió, pero al menos no sería una persona a la que le da igual Di-s o el Baal, como en la historia del profeta Elías que les pide “Hasta cuándo van a estar pendulando entre las dos puntas”, incluso si la decisión era ir por el Baal era mejor que esa actitud errática de querer estar siempre bien con Di-s y con el diablo.

El pueblo judío se encuentra en momentos tormentosos, en los que es necesario tomar posiciones firmes y decisivas, tanto en el frente interno y personal como en nuestra actitud hacia el afuera. Dejar en claro nuestro valor sin dudas ni tartamudeos.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy