Estimados lectores:

En esta Parashá en el medio de la historia de Iosef, la Torá se toma un capítulo entero para contarnos la historia de Iehuda y Tamar, si no la recuerdan le refresco:

Iehuda tiene 3 hijos uno de ellos se casa con Tamar, pero no tienen hijos y muere, por levirato el próximo hermano debe desposarla y también muere sin dejar descendencia, el tercer hijo debe casarse con Tamar, pero Iehuda no desea por temor a que muera y por qué es muy joven. Mientras tanto Iehuda queda viudo y Tamar está convencida que su descendencia debe salir de la familia de Iehuda por lo que decide encontrarse con el disfrazada de prostituta, logra seducirlo a Iehuda y queda embarazada de él, cuando la van a juzgar por promiscua ella demuestra a Iehuda que él es el padre. Finalmente, la Torá culmina contando que tiene mellizos uno de los cuales será el ancestro de la dinastía de David y por consecuencia del Mashiaj.

¿Por qué motivo nos cuenta la Torá esta historia en tanto detalle?

No es menor que de esta relación venga el Mashiaj. A pesar que había sido una relación no muy kosher, en un contexto turbio, el alma del Mashiaj estaba ahí.

Muchas de las cosas de nuestras vidas surgen por errores o debilidades, por el lado menos pensado llega la redención. Uno tiene un plan, pero Hashem tiene otro plan, aquello que pareció un tropiezo es lo que nos lleva a una transformación y un camino que no teníamos pensado es el que nos lleva a la verdadera redención.

Que seamos merecedores de ver al Mashiaj pronto en nuestros días.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy