Esta marcha se destaca por su carácter rítmico y alegre. Fue interpretada en 1812 por los ejércitos de Napoleón cuando cruzaron la frontera cercana a Prusia en su invasión de Rusia. El Alter Rebe abandonó su ciudad natal, Liadi, cuando el ejército enemigo se aproximaba. Pidió que le cantaran la marcha y, tras un momento de contemplación, designó la marcha como una canción de victoria.
Es tradicional que los Lubavitcher Jasidim canten la Marcha de Napoleón al final del servicio de Nehilá en Iom Kipur, antes de hacer sonar el Shofar.
El entonar esta melodía simboliza la victoria del pueblo judío sobre el "Satán" y que sus plegarias han sido aceptadas y que tienen asegurado un feliz Año Nuevo.
Enseñada en tiempos del
Alter Rebe
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