Los filósofos tratan de ser amables con D-os, no pueden permitir que un Ser Infinito mezcle su unidad perfecta y total con este mundo bajo, material y fragmentado.

Por consiguiente, lo exilian a etéreos y lejanos cielos, lo más distante posible de nuestro mundo. De acuerdo con su modo de pensar, no podemos esperar milagros, profecía o Intervención divina en nuestras vidas. D-os está demasiado lejos...

Esos filósofos son absurdos. En su búsqueda de lo infinito, terminaron con un D-os atado por las limitaciones de la mente humana. En realidad, la prueba final de lo infinito es que también él puede ser hallado dentro de lo limitado. Di-os está aquí, ahora, —dentro de todas las cosas— y D-os es Uno.