¿Por qué celebras tu cumpleaños?

En el útero de tu madre estabas cómodo, cálido, con todas las necesidades satisfechas. De acuerdo con nuestros sabios, un ángel te enseñó toda la Torá. Luego naces. Es una experiencia traumática. El mundo al que has entrado es frío y cruel. El simple acto de vivir se convierte en gran esfuerzo. Lloras.

Sin embargo, año tras año, celebras ese día.

Porque el día en que naciste fue el día en que asumiste tu propia identidad. Dejaste de ser la extensión de otra persona. Comenzaste a ser una fuerza realizadora en el mundo.

Por lo tanto, celebra tu cumpleaños. Y aprovecha la ocasión para reflexionar:

¿Qué le di yo al mundo que no me fuera dado a mí?, ¿cuál fue mi contribución? ¿Realmente nací?