"Y David hizo un nombre". El santo Zohar relaciona la mencionada frase con el versículo: "Y David hizo justicia y tzedaká con todo su pueblo..." [y lo explica así:] "Rabí Shimón lloró y dijo: '¿Quién hace el Santo Nombre cada día? Quien da caridad al pobre...'".
Esto puede entenderse a la luz del comentario de nuestros Sabios sobre el versículo: "Pues con [el Nombre Divino que está compuesto por las letras] iud y hei (י-ה), Di-s es la fuerza de los mundos": 'Este mundo fue creado con la letra hei/ה [del Nombre Divino iudhei]; el Mundo Venidero fue creado con la letra iud/י [del Nombre Divino iudhei]. Esto significa que el deleite que experimentan las almas de los justos, mientras disfrutan del resplandor de la Shejiná que brilla en el Jardín del Edén Superior e Inferior, consiste en el placer [derivado] de su captación y concepción, pues conciben [con la facultad de jojmá], comprenden [con la facultad de dáat] y entienden [con la facultad de biná] cierto grado de captación de la luz y vitalidad que fluye allí, de manera revelada, del bendito Ein Sof a su alma y espíritu de entendimiento, de modo que cada uno pueda entender y captar cierta percepción [de ella] conforme su nivel y sus actos. A ello se debe que en el Zohar el Mundo Venidero sea llamado biná ("entendimiento"). Este flujo emana del plano de la Jojmá Suprema, que es la fuente de la concepción y captación conocida como Biná. Porque [jojmá] es la etapa primordial del intelecto, antes de que la captación y el entendimiento se tornen manifiestos; más bien, [jojmá,] en esta etapa, está todavía en un estado de oscuridad y ocultamiento, salvo alguna minúscula medida que aquí y allá fluye y emana de ella a la facultad de biná, posibilitando [al alma] entender y captar un concepto que es [intrínsecamente] oculto. En el Zohar, por lo tanto, [jojmá] es llamada "el punto en el palacio". [De hecho,] ésta es la forma de la iud del Nombre Divino de Cuatro Letras. También es llamada Edén, del que se dijo: "Ningún ojo lo ha visto...".
Además, es llamada "el 'padre' que fundó la 'hija'". Esto significa:
La formación de las letras del habla que surgen de los cinco órganos de articulación no es un proceso intelectual. Tampoco es inherente a la naturaleza de estos órganos [de manera que deban] pronunciar las letras —por medio del aliento y el sonido que los golpea— ya sea por una facultad natural o por una facultad intelectual. Con los labios, por ejemplo, mediante los cuales son articuladas las letras bet, vav, mem y pei, ni la naturaleza ni el intelecto compelen la expresión de las cuatro formas variantes de pronunciación de estas letras conforme las variaciones en el movimiento de los labios, los que se mueven por el mismo aliento y el mismo sonido que los golpea por igual. Por el contrario: el cambio en los movimientos de los labios depende de la diferencia de pronunciación de las letras que el alma desea articular por medio de los labios, cuando desea pronunciar la letra bet, vav, mem, o pei [y los labios se moverán instintiva y espontáneamente en conformidad]. No es a la inversa, que sea la voluntad e intención del alma hacer un cambio en los movimientos de los labios en cuanto a cómo se están moviendo ahora en la articulación de estas cuatro letras. Como es empíricamente evidente, el alma no tiene en absoluto intención de, ni sabe cómo, pretender el cambio en los movimientos de los labios [que articulan] aquellas alteraciones [entre las diferentes letras]. Esto es toda vía más evidente en la pronunciación de las vocales. Pues cuando el alma desea pronunciar la vocal kamatz ("), los labios se comprimen espontáneamente, y con la vocal pataj (…) los labios se abren [por sí mismos], y para nada a causa de la voluntad de comprimir o abrir [los labios] por parte del alma. No hay necesidad de extenderse en una cuestión que es simple, comprensible, e inteligible para toda persona inteligente, a saber, que la pronunciación de las letras y vocales trasciende el intelecto captado y comprendido, sino que, más bien, deriva del intelecto oculto, y de la etapa primordial del intelecto que está en el alma articulante. A ello se debe que un infante no pueda hablar, pese a que lo entiende todo.
Sin embargo, las letras existen en planos de "materia" y "forma", también denominados [su aspecto] "interior" y su aspecto "exterior". Si bien su fuente es la etapa primordial del intelecto y la voluntad del alma, ésta no es sino la "forma" de la diferenciación en la pronunciación de las veintidós letras. La "materia" y el "cuerpo" de su formación —o sea, el aspecto de su "externalidad"—, sin embargo, es el aliento que surge del corazón. De este aliento se forma un sonido simple que surge de la garganta, y que luego se divide en las veintidós formas de enunciación y expresión de las veintidós letras a través de los cinco conocidos órganos del habla: alef, jet, hei y áin (אחה״ע) [que resultan] de la garganta; guimel, iud, jaf y kuf (גיכ״ק) [que resultan] del paladar, y así sucesivamente; en tanto que el aliento mismo, [que tiene su propio sonido independiente de la letra que está siendo articulada,] es pronunciado por la letra hei, "la letra liviana..." que es la fuente de la "materia" y el "cuerpo" de las letras antes de su división en veintidós. A eso se debe que nuestros Sabios dijeran que "este mundo fue creado con la hei", [el aspecto exterior, el "cuerpo", de las letras Supremas, cuya fuente es la hei del Nombre Divino].
Ahora bien, pese a que ésta es la "hei inferior" —la última hei del Nombre de Cuatro Letras de Di-s— mientras que nuestros Sabios interpretaron esto del versículo: "Pues con iudhei [Di-s creó los mundos]" — esto se debe a que su fuente y el comienzo de su progresión de la oscuridad de la iud a un estado de manifestación es influenciado y atraído del nivel de la hei superior. [La forma o figura de la letra hei] tiene dimensiones de largo y ancho para señalar la facultad de biná, [pues la hei superior del Nombre Divino denota el nivel de biná,] la expansión del "intelecto oculto" en un estado de manifestación y captación, extendiéndose a dáat, y su flujo [—el de biná—] culmina en el corazón. Así, está escrito en Tikuním que "biná es el corazón, y por medio de ella el corazón comprende". De allí surge el aliento, la manifestación original del "cuerpo" de las letras del habla que del ocultamiento de la iud se revelan a través de los cinco órganos del habla. El aspecto de la hei inferior que, en su forma escrita, también tiene dimensiones de largo y ancho, señala la expansión de la bendita Soberanía [de Di-s] (maljut), "la soberanía de todos los mundos" que se extiende hacia arriba y hacia abajo, y en las cuatro direcciones, [direcciones todas] que se extienden y proceden de las letras de la "palabra de Di-s"; como está escrito en Eclesiastés: "A través del habla del rey, es el gobierno", como se explica en otra parte. [Para entender en cierta medida el concepto y la naturaleza de las "letras del habla" en relación con la Divinidad, por cuanto que [Di-s] no tiene forma de cuerpo, ni de alma, Di-s libre, esto ya ha sido explicado de manera abarcante aunque concisa (en Likutéi Amarím, Segunda Parte, caps 11. y 12 ; véase allí)].
[Ahora llegamos a] una exposición de por qué dijeron nuestros Sabios que específicamente este mundo fue creado con la hei. Es conocido por todos los sabios de corazón en relación con la multitud de mundos y heijalot (palacios o cámaras), que son innumerables —como está escrito: "¿Tienen número Sus regimientos?"—. Cada heijal y regimiento consta de [un número finito aunque prodigioso de] ángeles, [como está escrito:] "Mil miles [Lo sirven] y miríadas de miríadas [se alzan ante El]". Análogamente [incalculables como los precedentes heijalot y regimientos], son los niveles de [almas, pertenecientes a las cinco categorías generales de] néfesh, rúaj, neshamá, jaiá y iejidá, en rangos sin fin. Y así también [hay innumerables niveles] en todos los mundos y heijalot, de entre las multitudes de heijalot existentes en los Mundos de Atzilut, Beriá y Ietzirá.
Todas estas huestes [de seres creados], entonces, una multitud tras otra ad infinitum, surgen y emanan todas de las multitudinarias combinaciones de las veintidós letras de la "palabra de Di-s" que, a su vez, se dividen en una profusión adicional de combinaciones, verdaderamente ad infinitum. Como se declara en Sefer Ietzirá: "Siete 'piedras' [—letras—] construyen cinco mil cuarenta 'casas' [—palabras—]; de aquí en más, prosigue y calcula aquello que la boca no es capaz de expresar...". A pesar de que entre los rangos y niveles de los ángeles y las almas hay tantos tipos diferentes [tanto cualitativa como cuantitativamente] de niveles y peldaños ad infinitum, uno superando al otro, [estas variaciones de nivel existen porque] todas cobran existencia de acuerdo a permutaciones en las diversas combinaciones y sustituciones de letras de aleftav, betshin, y así sucesivamente, (como se explica en el cap. 12 [de Sháar HaIjud VehaEmuná]). [Ahora bien, a pesar de que existe tan prolífica superabundancia de distintos y variados niveles de seres creados,] de un modo general todos poseen sabiduría y comprensión, y conocen a su Creador, porque su fuerza vital emana de lo interior de las letras que surgen de la Jojmá Suprema, como se mencionara arriba.
Este mundo inferior, sin embargo, con la fuerza vital que se encuentra dentro de él, es demasiado pequeño para contener y soportar la luz y fuerza vital que emana de la "forma" y "lo interior" de las letras; [es demasiado pequeño] para que irradie y fluya en él sin ninguna vestimenta u ocultamiento como irradia y fluye a las almas y los ángeles. En cambio, la radiación y flujo viene y fluye a este mundo de la "materia", el "cuerpo", la "exterioridad" de las letras. Esto se denomina "aliento", [tal como el "cuerpo", el aspecto exterior de las letras del habla del hombre, deriva del aliento físico,] y se divide en los siete "alientos" de [el segundo versículo de] Eclesiastés, sobre los que el mundo se alza. Esta es "la expresión que surge de la boca de Di-s" que está investida en este mundo y todas sus huestes para animarlos; y en esta [expresión] está investida la "forma" de las letras del habla y el pensamiento [que emanan] de Sus santos atributos, y Su voluntad y sabiduría, etc., que están totalmente unidos al bendito Ein Sof. (Y esto es lo que el AríZal declaró, que los aspectos exteriores de los recipientes de [la sefirá de] maljut de [el Mundo de] Atzilut, a los que se alude con la hei [inferior] del Divino Nombre de Cuatro Letras, descendieron y se convirtieron en alma para el Mundo de Asiá). Así se enuncia asimismo en Tikuním, que la iud está en [el Mundo de] Atzilut..., [la hei superior en el Mundo de Beriá, la vav en el de Ietzirá,] y la hei inferior anida en [el Mundo de] Asiá.
Ahora bien, en el hombre terrenal, por ejemplo, cuando alguien que es un sabio tan grande como para entender las maravillas de la sabiduría contrae su concepción y pensamiento en una única letra de su habla, ésta es una estupenda contracción y un enorme descenso para su asombrosa sabiduría. Precisamente como en esta analogía pero infinitamente más aún, hubo una inmensamente grande y poderosa contracción cuando, durante los Seis Días de la Creación, "los cielos se hicieron por la palabra de Di-s, y todas sus huestes por el aliento de Su boca", es decir, por la letra hei —"una letra liviana"— del Divino Nombre de Cuatro Letras. Así, está escrito: "[Estas son las crónicas de cielo y tierra] behibarám" ("cuando fueron creados"). [Esta letra hei] es la fuente de las nueve expresiones creativas que emanaron de la primera expresión, Bereshit ("En el comienzo"), que es, ella misma, una expresión creativa, idéntica a la sefirá de jojmá que es llamada reshit. [El descenso de jojmá —la fuente de las otras nueve expresiones creativas— a maljut —la más baja de las sefirot— implica un intenso grado de contracción.] Pero en aquel tiempo, [al comienzo de la creación,] este flujo descendente tuvo lugar sin ningún estímulo que fuere desde abajo, [desde el mundo inferior, como está escrito:] "Pues no había hombre para trabajar" [y producir este estímulo;] éste tuvo lugar solamente "porque El desea [actuar con] bondad", [como también está escrito:] "El mundo es construido con bondad". Y éste es el significado de [otra interpretación del versículo "Estas son las crónicas de cielo y tierra] behibarám" ("cuando fueron creados"): [Trasponiendo sus letras, los Sabios la leían como] beAvraham, dado que "bondad es para Avraham".
Pero después de la creación del hombre "para trabajarlo...", todo estímulo desde lo Alto, para despertar el atributo de Suprema benevolencia, depende del estímulo desde abajo, a través de los actos de caridad y bondad que los judíos realizan en este mundo. A ello se debe que nuestros Sabios dijeran: "Quienquiera dice que nada tiene a excepción de Torá", y por lo tanto ningún acto benévolo, "no tiene siquiera Torá; más bien, uno debe ocuparse con Torá y con [la ejecución de] actos de benevolencia". Pues si bien la "Torá deriva de jojmá", y "el mundo subsiste en virtud de la Torá", y "aquellos que discurren en ella" —porque hablando [de temas de Torá] atraen iluminaciones y flujos de la Jojmá Suprema, la fuente de la Torá, al plano de las letras del habla con las que el mundo fue creado, como dijeron nuestros Sabios [respecto de los eruditos de Torá:] "No leas banáij/בניך ('Tus hijos') sino bonáij/בוניך ('Tus constructores')"— no obstante ello, este flujo de jojmá [a las letras del habla] es un gran descenso. Para lograrlo es menester despertar el Jésed Supremo que, cual agua, es atraído de un sitio elevado a un lugar bajo por medio de un estímulo desde abajo, a través de actos de caridad y bondad aquí abajo, con lo cual uno difunde vida y bondad, "para revivir el espíritu del humilde y abatido".
Y éste es el significado del versículo "Que el sabio no se glorifique con su sabiduría..., sino que en esto ha de glorificarse: [en entenderme y conocerme a Mí", pero de manera tal que produzca el cumplimiento de la frase que le sigue]: "pues Yo soy Di-s Quien actúa con bondad...". Pues es jésed lo que hace que la vitalidad de jojmá fluya hacia abajo [dentro de las letras del habla, la fuente de todos los seres creados]. Si no, [el estudio de Torá de semejante persona] es llamado "Su sabiduría" solamente, y no hay flujo de vida que descienda de él, Di-s libre.
Lo precedente permite comprender la afirmación del AríZal, que entre los judíos hay dos clases de almas: las de los eruditos de Torá que se abocan a su estudio de la Torá toda su vida, y las almas de aquellos que cumplen los preceptos, abocándose a actos caritativos y de bondad. Ahora bien, ciertamente también los eruditos deben ocuparse con actos de bondad, como enseñaron nuestros Sabios: "[Quienquiera dice que no tiene más que Torá, [y por lo tanto ningún acto benévolo,] ni siquiera Torá tiene". No obstante, en lo que concierne a los eruditos de la Torá cuyo estudio de la Torá es su ocupación principal y la mayor parte de su tiempo es empleada en ello, el efecto de su estímulo desde abajo, para despertar el Jésed Supremo para atraer y hacer descender la [infinita] luz Ein Sof investida en la Jojmá Suprema —la fuente de la Torá de Di-s que está en sus bocas— se extiende solamente al plano de las almas que están en Beriá, a través de su ocupación con la Guemará, y se extiende a los ángeles que están en el Mundo de Ietzirá por medio de su ocupación con la Mishná. Pues la animación de las almas y los ángeles deriva de las combinaciones de las letras del habla, es decir, la Torá Oral. La fuente de las letras, sin embargo, está en la Jojmá Suprema, como se mencionara antes. No obstante, a fin de atraer y hacer descender una iluminación y vitalidad del nivel del Aliento Supremo —la "hei inferior"— hasta este mundo inferior —lo que involucra una contracción más grande y extrema— el estímulo desde abajo por parte de los eruditos de la Torá —quienes se abocan a acciones caritativas y bondadosas sólo una pequeña fracción de su tiempo— no es suficiente. [Esto se logra] sólo mediante un estímulo de parte de aquellos que cumplen los preceptos, quienes se abocan a acciones de caridad y benevolencia la mayor parte de su vida (como se explica en Likutéi Amarím, Primera Parte, cap. 34). Ese es el por qué de que [las personas que se abocan principalmente a mitzvot tales] son llamadas "los sostenes de la Torá [misma]". Estas [personas] representan los niveles de nétzaj y hod, pues atraen la luz de la Torá hacia abajo, al Mundo de Asiá.
Ahora resultará claro por qué la caridad es llamada "acto" —como en el versículo: "Y el acto de caridad será paz"—: porque el efecto de la caridad es atraer la luz de Di-s hacia abajo, hasta el Mundo de Asiá ("Acción"). Y éste es el significado de la sutil fraseología del santo Zohar: "Quien hace el Santo Nombre" — expresamente "quien hace". Pues mediante un estímulo desde abajo —a través de la caridad y el jésed del ser inferior— se despierta el Jésed Supremo, para atraer la [infinita] luz Ein Sof de la Jojmá Suprema, la iud del Nombre Divino, a la hei del Nombre, al "habla" y "aliento" de la bendita boca de Di-s, a fin de atraer [luz Divina] hasta el Mundo de Asiá — a modo de analogía, y salvando las infinitas distancias: como un ser humano que no habla sino solamente a otros (y no cuando está solo), y entonces, cuando les habla, contrae su intelecto y pensamiento.
Los inteligentes comprenderán.
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