Sobre el versículo "Y los sabios brillarán como el resplandor del firmamento", Raaiá Mehemná sobre Parshat Nasó comenta: "Con esta obra tuya, que es el Libro del Zohar del resplandor de Imá Ilaá, que es teshuvá — con aquellos [que estudian esta obra] no es necesaria puesta a prueba. En razón de que eventualmente el pueblo judío tendrá un saboreo del Arbol de la Vida, que es este Libro del Zohar, saldrán con él del exilio, con misericordia. Para ellos se cumplirá el versículo: 'Di-s solo los conducirá, y no hay dios foráneo con El'. Y el Arbol del [Conocimiento del] Bien y el Mal —es decir, la prohibición y la permisibilidad, la impureza y la pureza— ya no dominará a Israel. Pues su sustento derivará sólo del lado del Arbol de la Vida, donde no hay planteo problemático —el que emana del lado del mal— ni controversia —la que emana del espíritu de impureza— como está escrito: 'El espíritu de impureza Yo eliminaré de la tierra'. Así, los eruditos de la Torá no serán sustentados por ignorantes, sino del lado del bien, quienes comen aquello que es puro, kasher y permitido; ni [serán mantenidos] por la multitud mixta, que come aquello que es impuro, ritualmente inadecuado (pasul), y prohibido". [El Zohar continúa:] "Mientras el Arbol del Bien y el Mal domina [el mundo]... estos Sabios, comparados a los Shabat y las Festividades, nada tienen salvo lo que les es dado por aquellos que son llamados 'los profanos', tal como el día de Shabat, que sólo tiene lo que ha sido preparado para él en un día de semana. Sin embargo, cuando domine el Arbol de la Vida será suprimido el Arbol del Bien y el Mal, y los ignorantes sólo tendrán lo que les den los eruditos de la Torá. Estarán sometidos a ellos, como si no existieron en el mundo. En conformidad, lo prohibido y lo permitido, lo impuro y lo puro, no será eliminado de los ignorantes. En cuanto a ellos, no habrá diferencia entre la era del exilio y los días del Mashíaj, con excepción de [la liberación del pueblo judío de] la servidumbre a las naciones. Pues ellos no habrán saboreado del Arbol de la Vida, y precisarán las Mishnaiot [que disponen las leyes] de prohibición y permisibilidad, impureza y pureza". Hasta aquí [la transcripción] de Raaiá Mehemná.

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Ahora bien, a primera vista, lo que las palabras de este párrafo implican para quienes carecen de entendimiento es que el estudio de [las leyes de] prohibición y permisibilidad ritual y el Orden de Taharot se relacionan [sólo] con el Arbol del [Conocimiento del] Bien y el Mal. Además de que esto por sí solo es de lo más sorprendente, contradice también el significado simple de las Escrituras y las enseñanzas de nuestros Sabios de que toda la Torá que ha sido revelada a nosotros y a nuestros hijos [y no sólo el Zohar] es llamada "Arbol de vida para quienes se aferran a ella". Esto es especialmente así dado que [el Zohar todavía] estuvo oculto en sus días; de hecho, toda la sabiduría de la Cabalá estuvo escondida en sus días y ocultada a todos los eruditos de Torá, salvo unos pocos selectos, e incluso entonces, [se estudiaba] de una manera oculta y no públicamente, como figura en la Guemará. Así, el AríZal escribió que es precisamente en estas últimas generaciones cuando "está permitido y es obligatorio revelar esta sabiduría", pero no en las generaciones más tempranas. También Rabí Shimón bar Iojái declaró en el sagrado Zohar que sólo se concedió permiso para revelar [los secretos de la Cabalá] a él y a sus asociados únicamente. También esto, ciertamente, es una maravilla notable. Pues si así fuera, el estudio de [las leyes de] prohibición y permisibilidad ritual, y con más razón [el de] las leyes civiles [tales como los litigios en cuestiones monetarias], no deberían tener prioridad a la obligación de la plegaria, la que se instauró de acuerdo a los secretos del Zohar y las Uniones Supremas [de los diversos Nombres Divinos y Sefirot Supremas] para aquellos que están familiarizados con ellas, como Rabí Shimón bar Iojái y sus colegas. Pero esto no es así, como se declara en la Guemará, que Rabí Shimón bar Iojái y sus colegas y cualquiera cuyo estudio de la Torá es su única ocupación, no interrumpen [su estudio de Torá] para la plegaria. [Esto se aplica] incluso cuando uno está ocupado con el estudio de la ley civil, como Rav Iehudá, cuyos estudios eran, todos, en el Orden de Nezikín (lit.: "Daños"); no obstante, [para no interrumpir sus estudios,] oraba sólo cada 30 días, cuando repasaba sus estudios, como se declara en la Guemará. También en el Talmud Ierushalmí, en el primer capítulo de Berajot, Rabí Shimón bar Iojái es de la opinión que aun para la Lectura del Shemá sólo se interrumpe el estudio de las Escrituras, mas no el de la Mishná [—la Torá Oral—] cuyo estudio es superior al de las Escrituras según Rabí Shimón bar Iojái. El no diferenció entre [estudiar] los Ordenes de Zeráim, Moed y Kodashím, y [estudiar] los Ordenes de Taharot y Nezikín. (De hecho, él contradice [aquí] su propia opinión, dada en una serie de ocasiones en Raaiá Mehemná, que la Mishná es denominada "criada" (en hebreo: shifjá/שפחה), etc., [en comparación con las Escrituras], y el plano de las Escrituras, la Torá de Moshé, es ciertamente superior a la Cabalá, denominada "reina" (en arameo: matrunita/`מטרוניתא) en el citado párrafo de Raaiá Mehemná, mientras que la Torá Escrita es denominada "rey" (en arameo: malká/מלכא). (Este es iesod de Aba investido en Zeéir Anpín, como escribiera el AríZal)). Además, encontramos que Rabí Shimón bar Iojái trató en detalle [no sólo las meras afirmaciones de la ley en las Mishnaiot sino] también la argumentación de problemas y soluciones que [conforme la cita original de Raaiá Mehemná] derivan del lado del mal y del espíritu de impureza. [Lo hizo] incluso cuando estuvo en la cueva. En verdad, el hecho mismo de padecer angustia [forzado a esconderse] en la cueva, lo hizo digno de estos logros. Pues, como se declara en la Guemará, él dio para cada pregunta formulada por Rabí Pinjás ben Iaír veinticuatro soluciones, y [Rabí Shimón] le dijo: "Si no me hubieras visto así, [sufriendo en la cueva, no me habrías hallado de este modo]". (De hecho, su principal ocupación en la cueva debe haber sido con las enseñanzas de las Mishnaiot, o sea los 600 Ordenes existentes en aquellos días, hasta la época de Rabeinu HaKadosh. Pues él podía haber completado el Zohar y Tikuním [Tikunéi Zohar] en dos o tres meses, ya que ciertamente no repitió el mismo tema dos veces). Además, nuestros Sabios enseñaron que "Desde el día en que fue destruido el Gran Templo, el Santo, bendito sea, sólo tiene los cuatro codos de la Halajá" [que ocupa el lugar del Gran Templo].

Hay todavía causa adicional para estar extremadamente asombrado. ¿Cómo es posible que en los días del Mashíaj la gente no precisará saber las leyes de lo prohibido y permitido, y de lo impuro y lo puro? ¿Cómo degollarán los sacrificios, y también los animales para uso común, si no sabrán las leyes de drasá, jaladá y shehiá —cualquiera de los cuales descalifica el degüello— y las de un cuchillo defectuoso? ¿Acaso habrá de nacer un hombre que por propia naturaleza degollará [invariablemente] sin shehiá o drasá? ¿También el cuchillo se mantendrá perfecto y sin mella por siempre? Hay, además, muchas otras leyes: Las del sebo [prohibido], la sangre, y demás prohibiciones. También necesitarán saber [las leyes que rigen] la impureza impartida por un cadáver, como está escrito: "El joven morirá a los cien [años]". Adicionalmente será necesario saber las leyes de la impureza de la parturienta, como está escrito: "La mujer encinta, y la que da a luz juntas". Si una mujer dará a luz cada día de una única unión marital, la ley respecto de las restricciones resultantes de su impureza, no obstante, no cambiará. No hay necesidad de extenderse en algo tan obvio cuando todo el Talmud y los Midrashím exponen profusamente lo contrario. [Por ejemplo:] Se formula la pregunta: "¡¿Una ley para la época del Mashíaj?!" Asimismo encontramos que [el Profeta] Eliahu vendrá para aclarar todas las dudas y "Este pasaje lo expondrá Eliahu en el futuro", etc.

Tampoco es comprensible la afirmación [en Raaiá Mehemná] de que "los eruditos de la Torá no serán sustentados por ignorantes, etc.", ni por la multitud mixta que come aquello que es ritualmente inadecuado (pasul), impuro (tamé) y prohibido (asur), Di-s libre. Incluso durante la época del Segundo Templo ellos no fueron mantenidos por las personas ignorantes que comían aquello que es ritualmente inadecuado y prohibido —Di-s libre— pues los eruditos de Torá tenían campos y viñedos de su propiedad, tal como los ignorantes. No obstante, se ocupaban del estudio de [las leyes de] isur y heter, y de impureza y pureza, [por ejemplo,] todos los pares [de Sabios principales] que vivieron en la época del Segundo Templo, y produjeron discípulos [en lo legal de la Torá] por miles y decenas de miles mientras que el estudio de lo esotérico [de la Torá] tuvo lugar en secreto, etc.

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Pero en verdad, si examinas puntillosamente el texto del Raaiá Mehemná citado antes —"Y el Arbol del [Conocimiento del] Bien y el Mal, es decir, la prohibición y la permisibilidad..."— [advertirás que] no dice "las enseñanzas de prohibición y permisibilidad" ni "las leyes de prohibición y permisibilidad". Más bien, pretendió decir que la cosa prohibida o la cosa permitida propiamente dicha es del Arbol del Bien y el Mal, o sea, de kelipat noga, como se declara en Etz Jaím. Esta, de hecho, es la raíz de [la palabra] "asur" ("prohibido"; lit.: "ligado"): La kelipá se cierne sobre ella, [la cosa prohibida,] de manera que no puede remontarse a lo alto [a la santidad] como la cosa que es "mutar" ("permitida"; lit.: "desligada"), lo que significa que no está atada y ligada ("asur") a la kelipá [que la sujetaría], y [por lo tanto] puede elevarse por medio de la persona que la come teniendo a Di-s en mente. Lo mismo se aplica cuando no media una intención específica, a cualquier persona que sirve a Di-s, que estudia [Torá] y ora a Di-s con la energía derivada de esta ingesta, de lo que resulta que las letras de Torá y plegaria que ascienden a Di-s son formadas por la energía destilada de aquel alimento.

Esto es así durante los días comunes de la semana. Pero en Shabat la kelipat noga misma es elevada, junto con el aspecto externo de todos los mundos. Por eso es mitzvá comer toda clase de delicias en Shabat y aumentar [el consumo de] carne y vino más que lo usual, aun cuando en un día de semana [quien lo hace] sería llamado glotón y bebedor. Esto no sucede con la cosa prohibida. Esta no puede ascender [a la santidad], ni en el Shabat ni en un día de semana, incluso si se orara y estudiara con aquella energía [derivada del alimento prohibido], a menos de que se comió para salvar una vida en peligro, cosa que nuestros Sabios han permitido, por lo que [el alimento] se volvió permisible [por completo]. El estudio de la Torá, sin embargo, incluso las leyes de isur y heter, impureza y pureza, que son las Mishnaiot y las Baraitot en la Guemará, y los codificadores que explican y clarifican sus palabras para su aplicación práctica — estos constituyen el cuerpo de la Torá Oral, que es la sefirá de maljut en [el Mundo de] Atzilut, como se declara en innumerables lugares en el sagrado Zohar. Y [asimismo está escrito] al comienzo de los Tikuním: "Maljut (lit.: 'soberanía') — ésa es la Boca, a la que nosotros llamamos Torá Oral". Y en Atzilut, "El y Sus causalidades (garmóhi; lit.: 'órganos') son uno en ellos". Es decir, la [infinita] luz Ein Sof se unifica en Atzilut en una unidad absoluta, de modo que El, y Su voluntad y sabiduría —investidas en Su habla, llamada maljut— son todos uno.

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En cuanto a la afirmación del AríZal, de que las Mishnaiot se relacionan con [la sefirá de] maljut en [el Mundo de] Ietzirá, él se refería a la vestimenta de maljut de Ietzirá en la que se invistió maljut de Atzilut. Y maljut de Ietzirá es denominada "criada" (shifjá) respecto de maljut de Atzilut [que está investida en ella]. En contraste, maljut de Beriá [—que es el Mundo inmediato inferior a Atzilut—] es denominada "doncella" (amá). Esto puedes saberlo de la afirmación del AríZal, de que las Escrituras, es decir, la Torá Escrita, está en Asiá, pese a que se enuncia explícitamente en incontables lugares del Zohar y los escritos del AríZal que es [la sefirá de] tiferet, que es el Zeéir Anpín de Atzilut. Más bien, esto significa que se inviste en Asiá. Así se enseña explícitamente en Séfer HaKavanot, que las Escrituras, Mishná, Talmud y Cabalá están, todos, en Atzilut, sólo que las Escrituras se invisten hasta [llegar tan lejos, "abajo", como] Asiá, la Mishná hasta Ietzirá, y el Talmud está [investido] en Beriá.

Ahora bien, cuando maljut de Atzilut se inviste en kelipat noga a fin de extraer y refinar las chispas que cayeron con el pecado de Adám y también las 288 chispas que cayeron con la "rotura de los recipientes", también maljut de Atzilut es llamada entonces "Arbol del Conocimiento del Bien y el Mal" respecto de Zeéir Anpín de Atzilut, que no desciende allí y es denominado "Arbol de la Vida".

Y la investidura de maljut en kelipat noga es el principio cabalístico del exilio de la Shejiná, por medio del cual "el hombre rige sobre el hombre, para su detrimento".

Y éste es el significado de la afirmación en Raaiá Mehemná: "Mientras el Arbol del Bien y el Mal domina [el mundo]... estos [Sabios, comparados a los Shabat y las Festividades, nada tienen salvo lo que les es dado por aquellos que son llamados 'los profanos',...]". Significa que en la época del exilio de la Shejiná —la que concede fuerza vital a los jitzoním que pertenecen al reino de kelipat noga del que la "multitud mixta" deriva su fuerza vital y de cuya destilada esencia son nutridos los eruditos de la Torá durante el exilio— en este tiempo la principal tarea espiritual del hombre, y el principal propósito de ocuparse con Torá y los mandamientos es refinar [y elevar] las chispas, como se sabe [de las enseñanzas] del AríZal. Por esta razón, el estudio involucra principalmente la deliberación y argumentación sobre las leyes de isur y heter, impureza y pureza, a fin de refinar lo permitido y lo puro de lo prohibido y lo impuro mediante la deliberación y argumentación acerca de la ley — con sabiduría, entendimiento y comprensión. Pues, como se sabe, la Torá deriva de jojmá. Por lo tanto, [las chispas de santidad ocultas en un tema legal] sólo pueden refinarse [extraerse y elevarse] a través de jojmá; más específicamente, la Jojmá Suprema de Atzilut que está investida en maljut de Atzilut — siendo éste el principio cabalístico de la Torá Oral (conforme el principio cabalístico por el cual "El 'padre' [es decir, jojmá de Atzilut] procreó [lit.: 'fundó'] a la 'hija' [es decir, maljut de Atzilut]") que está investida [a su vez] en maljut de Ietzirá. [Esto concuerda con el principio cabalístico de] las Mishnaiot (y las Baraitot que están investidas en kelipat noga, que se corresponde con el Mundo de Ietzirá, pues allí comienza el Conocimiento [del Bien y el Mal] [versión alternativa: "[pues allí comienza] el mal"] inherente en noga). [Una versión alternativa: "y las Baraitot que están investidas en kelipat noga que se corresponde con el Mundo de Asiá, desde donde comienza el mal de noga"], como se sabe [de las enseñanzas] del AríZal.

Ahora bien, la persona inteligente comprenderá algo mucho más asombroso que esto — a saber, qué sucede en los cielos arriba en razón de la deliberación y clarificación de un fallo dictado —de la Guemará y de los codificadores iniciales y últimos— que, antes de esta deliberación, estaba oculto. Pues mediante ésta [clarificación] se alza este fallo de las kelipot que lo estaban ocultando y cubriendo de modo tal que no era conocido en absoluto, o cuyo razonamiento no era claramente comprendido. Pues la razón [subyacente a una halajá particular] deriva místicamente de la sefirá de Jojmá Suprema, de la cual cayeron chispas dentro de las kelipot como resultado de la primordial "rotura de los recipientes". [Estas chispas de jojmá que constituyen la razón,] están allí en un estado de exilio, porque las kelipot rigen sobre ellas y ocultan la sabiduría de la Torá tanto de los seres superiores como de los inferiores. Por eso consigna Raaiá Mehemná que "un planteo problemático... emana del lado del mal".

Ahora bien, los seres celestiales no tienen el poder [necesario] para refinar y elevar aquello que está [en exilio] en kelipat noga como resultado de la "rotura de los recipientes". Sólo los seres terrenales [pueden hacerlo], porque están investidos en un cuerpo material, [conocido como] "la piel de la serpiente", que deriva de kelipat noga. Estas [almas encarnadas] debilitan su fuerza [—la de esta kelipá—] quebrando las pasiones, subyugando de esa manera a la sitra ajará, de modo que "todos los obreros del mal [las kelipot] serán dispersados". Por eso los seres celestiales vienen a escuchar las novedades de Torá de los seres terrenales, [para oír] los secretos de sabiduría que ellos innovan y revelan, hasta ese momento cautivos en exilio. Cada judío puede revelar secretos de sabiduría, (revelar) y descubrir un discernimiento novedoso, ya sea en la halajá o la agadá, en los [planos] revelados o místicos [de la Torá], conforme la naturaleza de la raíz de su alma. De hecho, uno tiene el deber de hacerlo, para perfeccionar su alma al elevar todas las chispas que cayeron en su porción y suerte, como es sabido. (Lo que es más, cada enseñanza de Torá, y especialmente una enseñanza halájica, es una chispa de la Shejiná, que es la palabra de Di-s. En las palabras de la Guemará: "La frase 'palabra de Di-s' denota la Halajá". Esto coincide con el principio cabalístico acerca de maljut de Atzilut que viste a jojmá de Atzilut, las que están investidas [ambas] en maljut de Ietzirá, y cayeron dentro de kelipat noga con la "rotura de los recipientes"). Así, la Guemará enseña que el Santo, bendito sea, dice de quienquiera se dedica al estudio de la Torá: "Yo se lo considero como si hubiera redimido a Mí y a Mis hijos de entre las naciones del mundo".

Pero cuando la Shejiná emerja de kelipat noga [versión alternativa: emerja de las kelipot] luego de completado el refinado de las chispas y separado el mal [de las kelipot] del bien de santidad "y todos los obreros del mal serán dispersados", y el Arbol del [Conocimiento del] Bien y el Mal [que es de kelipat noga y prevalece durante el exilio] ya no será dominante porque el bien habrá partido de éste — entonces las personas no se dedicarán al estudio de la Torá y la observancia de los mandamientos con el objeto del refinado [de las chispas, como en el presente,] sino a fin de producir ijudím ("uniones" [o "matrimonios", de las sefirot]) más sublimes [que los producidos mediante nuestro presente estudio de Torá], a fin de atraer luces más sublimes, trascendiendo Atzilut, como escribió el AríZal. Todo [habrá de lograrse] por medio del pnimiut de la Torá, cumpliendo los preceptos con elevadas devociones místicas encaminadas a [hacer descender] sublimes "luces" [de la Luminaria Divina]. Pues la raíz de los mandamientos es sumamente elevada, en el bendito Ein Sof [más excelsa que Atzilut].

(Y lo que dijeron nuestros Sabios, que "los mandamientos serán revocados en el futuro", esto se refiere a la era de la Resurrección de los Difuntos. En los días del Mashíaj, sin embargo, antes de la Resurrección de los Difuntos, no serán revocados).

Es por eso que el estudio de la Torá estará entonces dirigido principalmente al pnimiut de los mandamientos y sus razones ocultas. Los aspectos revelados de la Torá, sin embargo, serán manifiestos y conocidos a cada judío por un conocimiento innato e inolvidable. Sólo [los de] la multitud mixta [pero no los judíos] tendrán que esforzarse en estos [aspectos revelados de la Torá], porque no tendrán el mérito de saborear del Arbol de la Vida, es decir, el pnimiut de la Torá y de los preceptos. [Por consiguiente] deberán dedicarse [en la Torá] a la Mishná, a fin de debilitar (mediante su ocupación en la Torá) el poder de la sitrá ajará que se adhiere a ellos, para que no los domine haciéndoles pecar, como está escrito: "Y el pecador, a la edad de 100 será maldecido". Esto se refiere a los pecadores de la multitud mixta. Además, en el nivel práctico, precisarán las detalladas reglas de prohibición e impureza más que los judíos. Para los últimos, nada ocurrirá que sea ritualmente inadecuado, impuro o prohibido, pues "no se abatirá [pecado alguno sobre el justo]" [y en esa era todos los judíos estarán en el nivel de "justos"]. También es posible, y de hecho probable, que [el pueblo judío] sepa todos los fundamentos del plano revelado de la Torá a partir del pnimiut de la Torá, como fue con nuestro padre Avraham —sea sobre él la paz—. Por consiguiente, no precisarán dedicarse a ellos en absoluto. En la época del Segundo Templo, en contraste, debían involucrarse con éstas [leyes], y no sólo por su aplicación práctica sino porque éste es el principal propósito del servicio Divino: Debilitar el poder de la sitrá ajará y elevar las chispas de santidad mediante el estudio de la Torá y la devoción esforzada, como se explica en otra parte.

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Después de las precedentes palabras de verdad será posible comprender plenamente el párrafo de Raaiá Mehemná citado antes, que hablaba de "el Arbol del Bien y el Mal" [o sea, prohibición y permisibilidad], es decir, kelipat noga, que es lo principal de este mundo, como está escrito en Etz Jaím.

Esto bastará al que discierne.