Esta carta fue escrita a los residentes [jasídicos] de Tierra Santa (sea rápidamente reconstruida y restablecida en nuestros propios días, Amén!), para consolarlos con redoblado sostén por la desaparición del célebre Rabí y Gaón, santo varón de Di-s, "lámpara de Israel, pilar de la mano derecha, martillo poderoso", nuestro maestro Rabí Menajem Mendel (¡descanse su alma en Edén!)

Mis amados, mis hermanos y amigos, quienes [me] son [tan preciados] como mi alma, etc.:

Que [el Nombre de] Di-s esté sobre vosotros y que viváis para siempre, y vuestros hijos con vosotros, la semilla de la verdad; sed bendecidos por Di-s para la eternidad.

Luego de haber inquirido debidamente por el bienestar de aquellos que aman el Nombre [de Di-s], he venido a hablar al corazón de los atormentados, quienes suspiran y gimen [por la desaparición de Rabí Mendel], y para consolaros con redoblado sostén con lo que mi oído ha escuchado de otros y con lo que he entendido por mí mismo, respecto del modismo usado por nuestros Sabios [para referirse a la desaparición de un tzadík]: "El ha dejado vida para todos los vivientes".

Pues "el tzadík vive con su fe", y con "el temor de Di-s [que conduce] a la vida", y con las centelleantes y ardientes chispas de su amor [a Di-s, que es aun mayor] que la vida, invistiendo en ellos la vida de su Rúaj (otra versión: y, lo que es más, de su Neshamá) a lo largo de su vida. Cuando, [en el momento de su desaparición,] Di-s eleva su Rúaj y recoge su alma hacia Sí Mismo y él asciende de una elevación a la siguiente —hasta los más altos niveles—, cede la vida de su Rúaj, los actos en que anteriormente ha trabajado con Israel, [o sea, la fe, el temor y el amor que él hizo descender a ellos de su Rúaj], "la labor de un tzadík para la vida", a cada ser viviente, esto es, al alma de cada ser viviente [que lleva una vida de Torá y mitzvot,] que está ligado a su alma por las gruesas sogas de un amor magnánimo, y un amor eterno, que no se moverá jamás. Pues todo hombre que desea ansiosamente vida, [y que procura] unirse al Di-s viviente a través de su servicio, su alma se unirá y estará ligada en el nexo de la vida con Di-s, en la vida del Rúaj de nuestras fosas nasales de la que hemos dicho "Bajo su sombra [protectora] viviremos entre las naciones". [Esto] él nos dejó, en cada uno individualmente, conforme el grado de su genuino apego [al tzadík] y su puro y verdadero amor a él, de lo más recóndito del hombre y desde las profundidades de su corazón. Pues "como en el agua, el rostro [refleja el rostro, así es el corazón del hombre hacia el hombre]"; y "el espíritu despierta espíritu y atrae espíritu". Pues su Rúaj perdura verdaderamente en nuestro medio, cuando ve a hijos, quienes corporizan la obra de sus manos, santificando el bendito Nombre [de Di-s]. Pues [Su Nombre] se magnifica y santifica cuando marchemos por el camino recto que él nos ha mostrado de sus caminos, y caminaremos en sus sendas por siempre jamás.

Este, entonces, es el significado de la declaración del sagrado Zohar, que "Cuando un tzadík parte, se encuentra en todos los mundos más que durante su vida". Esto es, que incluso en este mundo de acción, [en este plano mundano del que está escrito,] "este día — para hacerlas", [el tzadík que ha partido] se encuentra más [que durante su vida], porque la acción [de sus discípulos] continúa produciendo generaciones sucesivas de vástagos, de la "luz sembrada para los justos" en "el campo que Di-s ha bendecido", [o sea, en el Jardín del Edén]. [Esta luz] irradia hacia la Tierra [Santa] y los sitios afuera, y también hacia nosotros, aquellos que están aquí este día, todos los de nosotros que viven en sus caminos, "camino santo ha de llamarse".

Esto, en cuanto al servicio a Di-s, en las cuestiones celestiales [es decir, espirituales]. En lo que concierne a cuestiones mundanas, se declara explícitamente en el santo Zohar que los tzadikím protegen al mundo, y luego de su muerte todavía más que durante su vida; además, de no ser por la plegaria de los tzadikím en el otro mundo, este mundo no resistiría ni un único momento. Y quienquiera está más próximo a la morada de Di-s [a través de estar cerca del tzadík] durante su vida, tiene prioridad para la bendición [que viene, de y a través, del tzadík].

Explicación Adicional de la Epístola Anterior

En el santo Zohar se declara que "Cuando un tzadík parte, se encuentra en todos los mundos más que durante su vida...". Ahora bien, esto requiere ser entendido: Pues, es de aceptar que se encuentre más en los mundos superiores cuando asciende allí [luego de su desaparición]; pero, ¿cómo se encuentra más en este mundo?

Esto puede explicarse siguiendo el camino [de una enseñanza] que he recibido respecto de la expresión de nuestros Sabios, que [el tzadík que ha partido] "ha dejado vida a todos los vivientes".

Como es sabido, la vida del tzadík no es una vida carnal sino una vida espiritual, consistiendo de fe, temor, y amor [que no son sólo para sí sino que también transmite a sus discípulos]. Así, [en las Escrituras encontramos que cada uno de ellos es llamado "vida":] de la fe está escrito: "Y el tzadík, por su fe vivirá". Del temor está escrito: "El temor a Di-s [conduce] a la vida". Y del amor está escrito: "Quien persigue tzedaká y Jésed, encontrará vida", y Jésed significa amor, [pues el amor es su núcleo].

Estos tres atributos están presentes en cada mundo, hasta el más alto de los niveles, todos proporcionales a los niveles de los mundos, uno más alto que el otro, a modo de causa y efecto, como es sabido.

Ahora bien, mientras el tzadík estaba vivo sobre la tierra, estos tres atributos estaban contenidos en su recipiente y vestimenta en el plano del espacio físico, siendo éste el aspecto de Néfesh que está ligado a su cuerpo. [Durante su vida] todos sus discípulos reciben apenas un reflejo de estos atributos, y un rayo de ellos que irradia más allá de este recipiente por medio de sus santas expresiones y pensamientos. A ello se debe que nuestros Sabios dijeran que "uno no puede alcanzar la profundidad de las enseñanzas de su maestro [sino después de pasados cuarenta años]". Pero luego de la desaparición [del tzadík], puesto que el Néfesh —que perdura en la tumba— se separa del Rúaj que comprende estos tres atributos y [luego de su desaparición] está en el Jardín del Edén, quienquiera está cerca de él puede recibir una parte de su Rúaj que está en el Jardín del Edén, porque [el Rúaj del tzadík] no está [ahora] dentro de un recipiente, ni en el plano del espacio físico. Pues, como se sabe, nuestros Sabios dijeron de nuestro Patriarca Iaacov —sea con él la paz— que "el Jardín del Edén ingresó con él". Asimismo se declara en Asará Maamarot que la atmósfera del Jardín del Edén envuelve a cada individuo, y en esta atmósfera se registran todos sus buenos pensamientos y palabras de Torá y de servicio a Di-s; (y análogamente a la inversa, Di-s libre: [los pensamientos y las palabras negativos] son registrados en la atmósfera del Guehinóm —Infierno— que envuelve a cada individuo [cuando se aboca a ellos]). Por lo tanto, es muy fácil para sus discípulos recibir la parte de ellos de los aspectos esenciales del Rúaj de su maestro, esto es, su fe, su temor y su amor con los que sirvió a Di-s, y no un mero fulgor de ellos que resplandece más allá del recipiente. Pues el aspecto esencial de su Rúaj es elevado, ascenso tras ascenso, para ser absorbido en su Neshamá que está en el Jardín Superior del Edén, en los mundos supremos.

Ahora bien, es sabido que ninguna entidad santa es jamás total y plenamente desarraigada de su lugar y nivel original, incluso luego de haber alcanzado el punto más alto. Así, es este aspecto original [que deriva del Rúaj del tzadík,] perdurando abajo, en el Jardín Inferior del Edén en su lugar y nivel original, que se extiende entre sus discípulos, cada uno conforme el nivel de su ligazón y proximidad a él [—al tzadík] durante la vida de éste y después de su desaparición, por abundante amor, pues toda cosa espiritual es atraída únicamente por vías de un amor abundante. Así, se declara en el santo Zohar que el espíritu (Rúaj) del deseo interior del corazón atrae un espíritu desde lo Alto, pero sólo si él habrá de disponerse a sí mismo hacia su Di-s con gran preparación e intenso esfuerzo, de modo que reciba estos atributos de la manera que le enseñó su maestro. [Para parafrasear] las palabras de nuestros Sabios: "Si te has esforzado y [reclamas haber] encontrado, créelo".

Ahora bien, hay otro tipo de radiación [que viene del tzadík] a sus discípulos. Sin embargo, [ésta] no se inviste realmente en su mentes, como sucede con el primer [tipo de radiación], sino que irradia sobre ellos desde arriba. Esta emerge del ascenso del Rúaj y Neshamá [del tzadík] a la fuente de la cual fue cincelada, esto es, a Jakál Tapujín Kadishín. Este [ascenso] produce una unión allí, por medio de la elevación de máin nukvín constituidas por todas las acciones [del tzadík], su Torá, y el servicio Divino al que estaba abocado todos los días de su vida. Y en el Jakál Tapujín Kadishín, están implantadas luces excesivamente sublimes, en correspondencia con [y resultando de] las inferiores [radiaciones], que son la Torá y el servicio [del tzadík]. La iluminación de estas luces supremas resplandece sobre todos sus discípulos que se volvieron servidores de Di-s mediante su Torá y servicio. Y esta iluminación [que resplandece] sobre ellos desde arriba, [a pesar de esta trascendencia, es tan poderosa que] introduce en sus corazones pensamientos de arrepentimiento y actos de bien. Todos los actos de bien nacidos de esta iluminación que irradia de la luz implantada en el mencionado huerto se llaman "generaciones siguientes de vástagos". Esta radiación es enormemente ocultada y escondida, tal como el sol resplandeciendo a las estrellas desde debajo de la tierra. Así, se declara en el Zohar en referencia a Moshé, nuestro Maestro —sea con él la paz—, que luego de su desaparición su radiación se extiende en cada generación a las seiscientas mil almas, como el sol que resplandece a las seiscientas mil estrellas desde debajo de la tierra.