Es el precepto con el cual se nos ordenó prestar testimonio delante de los jueces acerca de todo lo que sabemos. Tanto si en ello hay pérdida para aquél sobre quien testimonian, o salvación de aquél sobre quien testimonian —en su dinero o en su vida—, estamos obligados a testimoniar todo estoy dar a conocer a los jueces lo que hemos visto u oído.
Ya han traído (—los Sabios), sea sobre ellos la paz, su prueba acerca de la obligación del testimonio, de lo que El, exaltado sea, dijo: Y él es testigo, vio o supo.
Quien transgrede este precepto —y éste es el que retiene (para sí) su testimonio— grande es su pecado, y es lo que El, exaltado sea, dijo: Si no ha de contar, cargará su transgresión. Esta es una cosa general.
Mas, si el testimonio que retuvo es un testimonio (en caso) monetario y el testigo juró por él mientras lo retenía — es pasible de (traer) un sacrificio Olé veIored, tal cual explicó el versículo y de acuerdo a las condiciones que se mencionan en (el Tratado Talmúdico de) Shevuot.
Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en (el Tratado Talmúdico de) Sanhedrín y (en el Tratado Talmúdico de) Shevuot.
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