Es el precepto con el cual se nos ordenó el decapitado de la ternera, si se encontraba en el campo un (hombre) asesinado del que no se sabía quién lo había matado.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: Cuando se encuentren un cadáver en la tierra...

Esta es la ley de eglá arufá.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el último Capítulo del Tratado (Talmúdico) de Sotá.