¿Donde reside la diferencia entre la vida de un tzadik (justo) y la de un rasha (malvado)?
El rasha puede disfrutar de una paz imperturbable al comienzo, pero su placer es seguido por interminables amarguras. El tzadik puede sufrir tribulaciones al comienzo, pero una vez superadas, su felicidad es eterna.
Después de varios años de penurias, Iaakov pasó sus últimos diecisiete años en Egipto feliz y en paz. Vio a Iosef soberano y a todos sus hijos sin excepción tzadikim que seguían el camino por él trazado.
Sus últimos diecisiete años son calificados por la Torá como "Años de Vida" pues el ruaj hakodesh (don profético) lo acompañó. Hashem lo compensó de esta forma por los diecisiete años que había estado de duelo por Iosef. A Iaakov se le aplica el dicho - "Todo está bien si termina bien".
Cuando Iaakov se debilitó y sintió que el fin se acercaba, llamó a su hijo Iosef y le pidió que no lo enterrara en Egipto. En su lugar, le dio indicaciones para llevar su cuerpo a Eretz Israel para su entierro. Iaakov ordenó esto a Iosef en lugar de a sus otros hijos porque sabía que no tenían poder para cumplir con su deseo. Solo Iosef, el mandatario, podría obtener el permiso del Faraón para dejar Egipto y llevar los restos de su padre a Eretz Israel.
¿Por qué nuestro antepasado Iaakov deseó ser enterrado en Eretz Israel?
Nuestros jajamim nos enseñan que quienes están enterrados en Eretz Israel serán los primeros en levantarse por tejiat hameitim (resurrección de los muertos) ¿Cuál será el destino de un judío enterrado fuera de Eretz Israel? En los tiempos de tejiat hameitim, Hashem creará túneles subterráneos especiales. A través de ellos su cuerpo rodará hasta Eretz Israel. Luego volverá a la vida en la Tierra Prometida.
Por lo tanto, Iaakov ordenó a Iosef: "No me entierren en Egipto. Así no sufriré al tener que rodar a Eretz Israel en los tiempos de tejiat hameitim".
Iaakov tenía otras razones por las cuales no deseaba ser enterrado en Egipto: temía que si se lo enterraba allí, sus descendientes considerarían a Egipto como su patria. Razonarían - Si no fuera una tierra santa, el cuerpo de Iaakov no estaría enterrado aquí. Iaakov quería que sus descendientes fueran concientes para siempre del hecho que su permanencia en Egipto era solamente temporaria. Además, temió que los egipcios idolatraran sus restos y lo proclamaran divino. Todos sabían que el hambre había terminado después de la llegada de Iaakov a Egipto. Asimismo, Iaakov presagió que de las Diez Plagas que sobrevendrían en Egipto, una sería la Plaga de los Piojos que infectaría a todos los cadáveres (y no quiso confiar en el milagro de salvar su cadáver).
Pidió a Iosef - Carga mis restos a la Cueva de Majpela porque quiero descansar junto a mis padres y resucitar en buena compañía cuando llegue el momento apropiado.
Una persona debe hacer los arreglos para ser enterrado cerca de tzadikim para estar junto a ellos en el momento de la resurrección.
- Seguiré tus indicaciones -contestó Iosef.
- Prométeme por mi brit mila -ordenó Iaakov.
Iosef prometió. Iaakov se dirigió hacia la shejiná (divinidad) que estaba sobre su cama (pues la shejiná está presente sobre la cama de un enfermo) y se inclinó para agradecer a Hashem que su deseo había sido concedido.
La vida pasa como una sombra, pero no como la sombra de una pared sólida ni un árbol firmemente enraizado.
Pasa como la sombra de un ave pasajera - viene y se va.
Todos sabemos que no viviremos para siempre. Reconocemos verbalmente que somos todos mortales y un día moriremos. Pero actuamos como si la muerte no nos afectara.
Nuestros patriarcas fueron siempre conscientes del hecho que eran transeúntes en este mundo, colocados aquí por unos setenta años. Pasaron sus vidas preparándose para el mundo- por- venir porque vivían con la realidad de la muerte. Claramente declararon que eventualmente morirían.
• Abraham dijo: "He aquí que a mí no me has dado descendencia y he aquí que uno, criado en mi casa habrá de heredarme". (Bereshit 15:3).
• Itzjak dijo a Eisav: "Que te bendiga mi ser antes que yo muera" (ibid. 27:4).
• Iaakov dijo: "Descansaré con mis padres" (ibid. 47:30).
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