Es la advertencia con la cual se nos previno de no guardar rencor, aun si no hemos de vengarnos. Esto es: que conservemos en nuestro corazón la falta cometida contra nosotros por el infractor, y se la hagamos recordar.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: (no te vengues) ni guardes rencor.
En expresión del Sifrá: "¿Hasta dónde (llega) la fuerza del rencor? Le dijo (él al otro): 'préstame tu hoz', y no se la prestó. Al día siguiente le dijo (el otro a él): 'préstame tu hacha'. Le dijo (él): 'Tómala; no soy como tú que no me prestaste tu hoz' — para eso fue dicho No guardes rencor".
Escribe tu comentario