Esta semana leemos la historia de Koraj, el primo de Moshe, que se convirtió en su principal detractor e intento revolucionar al pueblo en su contra.

El reclamo de Koraj era que todos habíamos participado de la entrega de la Torá, por lo que no había razón para que Moshe y su hermano Aharon estén por encima del pueblo, básicamente decía, "para que necesitamos lideres si somos todos santos, para que necesitamos un guía espiritual si nos podemos conectar con Di-s directamente".

Si bien a simple vista este reclamo suena legítimo, incluso podría tener su cuota de verdad, el verdadero motivo de Koraj era la profunda envidia que sentía por su primo Moshe y el deseo de ocupar su lugar de liderazgo.

Muchas veces estamos rodeados de envidia, incluso a veces también la podemos sentir en nuestros corazones, pero lo importante es saber reconocer el origen de este sentimiento. Cuando sentimos envidia de alguien nos cuesta admitirlo, y buscamos motivos "validos" para justificar este sentimiento. Es bueno reflexionar y ser sinceros, para poder remover de nuestros corazones este sentimiento negativo. La envidia no nos permite disfrutar de la vida.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy