Estimados lectores:
Una de las partes centrales del servicio de Iom Kipur es la Avodá, el servicio. En esta plegaria recordamos como el sumo sacerdote realizaba el orden del día más sagrado del año.
Pero quiero analizar la palabra Avodá, en hebreo. Como muchas otras tiene distintos significados. La traducción más clásica es trabajo, labor. Al servicio a Di-s le decimos “avodat Hashem”, a los sacrificios del templo “Avodat Hakorbanot”, a las plegarias “Avodat shebelev” el servicio del corazón. Como dice el Pirkei Avot 1 -2, “Sobre tres cosas se sostiene el mundo sobre la Torá, sobre la avodá y sobre las acciones de bondad”
Pero principalmente la avoda es para lo que estamos en este mundo, cada uno tiene su avoda, tiene su bloque macizo de piedra que debe tallar, su cuero crudo que debe curtir, su tierra árida que debe sembrar y ver florecer. Cada uno tiene lo suyo, y cada uno lo que le cuesta. (Tip: Lo que más te cuesta, es lo primer que debes hacer).
Todo requiere esfuerzo, las cosas que valen la pena se logran con trabajo. Iom Kipur no solamente es un día para pedir expiación por lo hecho el año pasado, es un día de honestidad con uno mismo, es dejar de mentirnos y acusar a otros por nuestros errores y fallas, es hacernos cargo de lo que hicimos mal para no repetirlo y de lo que hicimos bien para mejorarlo y hacerlo mejor aún.
Nuestra generación (millenials en adelante), tiene un problema con la idea de avodá, nos acostumbramos que todo es instantáneo, rápido y sin mucho esfuerzo, todo al alcance de un clic.
En Iom Kipur debemos definir nuestra “avodá” para el año que entra, sabiendo de antemano, que será difícil y requerirá esfuerzo.
Mis deseos para todos mis queridos lectores de Jabad.com es que seamos sellados en el libro de la vida, y que podamos realizar nuestra avoda con éxito rotundo.
Rabino Eli Levy