Esaú ofreció escoltar a Jacob y su familia a Canaán, pero Jacob rechazó el favor, prometiendo visitar a Esaú en su casa en el Monte Seir.
Manteniendo el Enfoque
יַעֲבָר נָא אֲדֹנִי לִפְנֵי עַבְדּוֹ . . . עַד אֲשֶׁר אָבֹא אֶל אֲדֹנִי שֵׂעִירָה: (בראשית לג:יד)
[Jacob le dijo a Esaú] “Que mi amo por favor vaya delante [de mí], su siervo ... [y espere allí] hasta que alcance, a mi amo, en Seir.” Genesis 33:14

Jacob se refiere aquí a la futura transformación de Esaú en la Era Mesiánica, “hasta que alcance a mi amo (Esaú) en Seir”. El enfoque de Jacob con Esaú nos enseña cómo neutralizar la hostilidad potencial de los “Esaús” que encontramos a lo largo de nuestro exilio:

Si caemos presa de las comodidades externas del exilio o nos sentimos subordinados al poder de Esaú, nuestra actitud se convierte en una profecía autocumplida y nuestro exilio nos comienza a gobernar verdaderamente. Para neutralizar el poder de Esaú, debemos ver detrás de la fachada del exilio a su propósito interno, que es permitirnos preparar al mundo para la Era Mesiánica. En esa era, “Esaú” va a ser sometido y transformado. Al ver la larga aventura de nuestro exilio como un viaje hacia Seir, enfocándonos en nuestro objetivo final, “Esaú” se vuelve inofensivo incluso durante el exilio.1