Se nos enseña que Moisés no entendió todas las instrucciones de cómo hacer el Candelabro, por lo que D-os le mostró una imagen de un Candelabro de fuego. Pero incluso así, el Candelabro era aún muy complicado como para que Moisés lo concibiera, por lo que D-os le dijo que simplemente eche el oro en un fuego y el Candelabro tomaría forma milagrosamente.
Más allá de la construcción física del Candelabro, lo que Moisés encontró difícil de entender fue cómo un objeto físico puede difundir la luz de la conciencia Divina al mundo exterior. Al mostrarle a Moisés el Candelabro de fuego, D-os afirmó sus dudas. Le informó que efectivamente es imposible para nosotros usar objetos físicos para difundir conciencia Divina en el mundo. Por lo tanto le dijo a Moisés que tire el oro en el fuego y que el Candelabro tomaría forma por sí mismo.
Similarmente, D-os requiere de nosotros que transformemos todas nuestras búsquedas y posesiones materiales en fuentes de luz Divina, pero Él también sabe que no podemos hacerlo por nosotros mismos. Todo lo que pide es que echemos todo en el fuego de nuestros corazones - es decir, que dejemos que nuestro amor por El permee todo lo que hacemos - y Él, milagrosamente, hará el resto.1
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