Estos cuatro materiales aluden a las cuatro bases de nuestra relación emocional con D-os.
La lana escarlata es roja, aludiendo al fuego. El fuego dentro del alma es el amor ardiente a D-os que resulta de contemplar Su infinidad. Cuando nos damos cuenta hasta qué punto D-os está más allá de la creación y es la verdadera realidad, nos conmueve un deseo apasionado de escapar de las limitaciones del mundo para conocerlo y fusionarnos con El.
La lana turquesa tiene el color del cielo, aludiendo a nuestra experiencia de la majestuosidad de D-os. En esta experiencia, también contemplamos la infinidad de D-os, pero nos enfocamos en nuestra propia insignificancia comparativa. Esto nos llena de sentimientos de reverencia.
La lana púrpura es una mezcla de azul y rojo, de amor y temor, aludiendo a la compasión, que está compuesta de amor y enojo: amor por el ideal, enojo por cómo el ideal no ha sido cumplido. Específicamente, tenemos compasión de nuestra alma Divina cuando consideramos su situación, teniendo que vivir tan distante espiritualmente de su hogar natural, es decir, en presencia de D-os.
El lino es blanco, aludiendo a nuestro amor a D-os innato y básico, un sentimiento que está por encima y más allá de la racionalidad. Este amor es lo que nos hace capaces de autosacrificios por el honor de D-os, dado que expresa nuestra conexión invencible con Él.1
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