Rabí Itzjak Eljanán, Rabino de la ciudad de Kovna, salió a recolectar fondos para ayudar a un respetable miembro de la comunidad, que había perdido casi todo su patrimonio y necesitaba de una asistencia inmediata, antes de que se hiciera público el quebranto.
El Rabino visitó a uno de los judíos más prominentes de la ciudad, quien estuvo de acuerdo en colaborar con una fuerte suma, pero sólo con la condición de saber de quién se trataba. Rabí Itzjak Eljanán se negó rotundamente a dar la información, y el rico aumentó la suma de dinero a fin de conocer el nombre del receptor. El secretario del Rabino, que estaba presente, trataba de sugerir al Rabino que quizás era conveniente revelar el secreto. Sin embargo, Rabí Itzjak Eljanán seguía firme en su negativa.
Finalmente el rico invitó al Rabino a pasar a su oficina privada. Allí le reveló que su propia situación económica era desastrosa y había pensado pedirle ayuda pero temía que su secreto fuera descubierto. Ahora sabía que era posible confiar en él..."
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