Rabí Baruj Mordejai de Atinga, uno de los más ilustres alumnos de Rabí Shniur Zalman de Liadi, servía como rabino en la ciudad de Bobroisk. Era muy sabio y un gran erudito de la Torá. Todos los habitantes de la localidad lo respetaban y apreciaban.
Al lado de su casa se formaba siempre un charco de agua, que no se secaba siquiera durante la época en que no llovía. Para entrar a la casa del rabino se debía pasar por él. Muchas veces se hicieron intentos para secarlo, pero esto daba resultado sólo por un corto tiempo, ya que el lugar volvía a llenarse de agua.
Cierta vez explicó sobre esto Rabí Baruj Mordejai: "Nuestros Sabios nos explicaron que Di-s le mostró a Adám HaRishón (el 1er hombre) quienes serían los dirigentes de cada generación. Cuando llegó a la nuestra y Adám vio que en Bobroisk habría un rabino como yo, salivó y expresó burlonamente: ¿A este lo llaman Rab?!!, y desde entonces hay un charco en mi puerta..."
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