CUERPO
Corta dos pedazos de la matzá de abajo. (Vas a necesitar unos 30 g de matzá en total. Si hace falta, complétalos con más matzá del paquete).
¡Ahora ya sabes para qué sirve la tercera matzá! Si hasta ahora seguiste las instrucciones, esta matzá todavía va a estar entera.
Toma el volumen de una aceituna de las hierbas amargas y colócalo entre estos dos pedazos de matzá. Hay quienes suelen mezclar la lechuga con el rábano picante. Pregúntale a tu bobe (a tu abuela) cuál es la costumbre de tu familia.
Ahora ya sabes para qué sirve el segundo montoncito de hierbas amargas que está debajo del plato del seder…
Introduce las hierbas amargas en el jaroset. Sacude el exceso de jaroset.
Di las siguientes frases: “Esto es lo que hacía Hilel cuando el Templo estaba en pie. Él envolvía un poco del cordero de Pesaj con un poco de matzá y de hierbas amargas y los comía juntos”.
Y tú pensabas que era porque prepararon sándwiches cuando se fueron de Egipto…. Bueno, la verdad es que sí es comida rápida.
Hilel leyó las palabras de la Torá respecto al cordero de Pesaj: “sobre matzá y hierbas amargas lo comerás”, y las interpretó en forma literal. Y así fue como se inventó el sándwich. ¿O tal vez deberíamos llamarlo “el hilel”?
Reclínate hacia la izquierda mientras lo comes.
ALMA
En la perspectiva de dentro de Egipto, este mundo es un lío de fragmentos. Se lo llama “La Perspectiva del Desafío Pesajístico”. Puro materialismo. En el que las mitzvot son una mezcolanza de hace esto y no hagas lo otro, los judíos son una colección de chusma irreconciliable y la vida diaria es una cacofonía de molestias y cosas así…
Una vez que despegamos lo suficientemente lejos como para escaparnos de la fuerza de gravedad del materialismo, miramos para abajo y vemos toda una nueva perspectiva: es un todo un mismo paisaje.
Mirando desde allí arriba hacia abajo, las mitzvot son expresiones múltiples de un solo sendero espiritual; los judíos son múltiples rostros de una misma alma, todos los artefactos del viaje de hoy armonizan conjuntamente como una sinfonía de un solo director que toca una sola melodía.
Cuando nos convertimos en un templo para la Divinidad, las amargas, las dulces y las insípidas obligaciones de la vida se envuelven todas juntas en un mismo sándwich.
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