Un joven inmigrante ruso quien había emigrado a los Estados Unidos en 1955, se enredó, sin saber, con la ley. Desconociendo las regulaciones postales, había violado varias reglas postales y estaba emplazado a presentarse ante la corte. El inmigrante escribió al Rebe acerca de su dificultad y le pidió su consejo. El Rebe le aconsejó sobre el asunto, luego agregó:

“La integridad en tales asuntos es bien conocida entre los jasidim de Lubavitch. Cuando el Tzemaj Tzedeh enviaba una carta por mensajero, él simultáneamente recompensaba a la autoridad postal por la pérdida de gastos postales, pagando el franqueo apropiado a la oficina de correos local. Sus jasidim han aspirado siempre emular su ejemplo.”