La masacre terrorista ocurrida en Jerusalem nos impactó a todos. El hecho dejó como saldo cinco viudas y muchos más niños huérfanos. Esto parece reforzar el sentimiento de desesperanza que existe en relación con este conflicto. ¿Acabará algún día? ¿Existe todavía algún tipo de esperanza? ¿Cómo ganaremos esta guerra?
Respuesta:
Una vez más, el pueblo judío se aúna en el sentimiento de luto. Esos sagrados hermanos, cuyas almas regresaron junto a su Creador en medio de rezos, se suman a la larga lista de mártires inocentes que cayeron a lo largo de los años y cuyas vidas fueron cruelmente arrebatadas sin motivo alguno más que por el simple hecho de ser judíos.
Pero hubo otro mártir en este ataque. El policía Israelí Zidan Saif, quien heroicamente entró a la sinagoga luego de escuchar que un grupo de terroristas había desatado una matanza en el interior de la institución y quien, a pesar de ser simplemente un policía de tránsito y de no contar con el equipamiento necesario para una misión de esa magnitud, logró salvar cientos de vidas. Pero, lamentablemente, Zidan fue baleado y falleció a causa de sus heridas, dejando atrás a su mujer y a su hija de solo siete meses.
Zidan es un héroe de Israel. Sin embargo, no era judío sino árabe. A pesar de estar más cerca en términos étnicos de los terroristas que de las víctimas judías, ideológicamente no podía estar más alejado del pensamiento de los perpetradores.
Zidan era miembro de la comunidad Drusa, una religión monoteísta que se desprendió del Islam pero que sin embargo difiere de éste en muchos aspectos. Uno de ellos es que los Drusos ejercen su lealtad hacia la comunidad que los alberga, donde sea que vivan. En Israel, participan en el ejército y muchos drusos, como Zidan, han hecho un sacrificio supremo por su país.
Los Drusos rinden culto a Itró, el suegro de Moisés, quien es su mayor profeta. Curiosamente, la tradición judía enseña que luego de que Itro se convirtiera al judaísmo, no acompañó a los judíos en su travesía hacia la Tierra Prometida, sino que regreso con su pueblo para enseñarles la Torá. No existe un registro en las escrituras judías acerca de si Itro tuvo éxito predicando el mensaje de Moisés. Pero quizás los Drusos son el fruto de dicho esfuerzo. En la actualidad, este pueblo respeta las Siete Leyes de Noé que constituyen el código moral de la Torá para toda la humanidad.
La historia de Zidan nos muestra claramente que la batalla en Israel no es racial ni territorial, sino ideológica. Existe una ideología que se rehúsa a convivir en paz con otras. Ése es el Islam fundamentalista.
La tradición Talmúdica registra una profecía escalofriante acerca del Final de los Tiempos, cuando los hijos de Ishmael – los árabes – causarán un dolor extremo a los hijos de Israel. Sin embargo, el nombre Ishmael significa “Di-s escuchará”. Y así será. Di-s escuchará el llanto de las víctimas y responderá, y en ese momento llegará el Mashiaj.
Zidan fue enterrado en una ceremonia rodeado de sus hermanos Drusos y acompañado por cientos de judíos de sombrero negro quienes se acercaron para brindar sus respetos a un hombre justo. En medio de la tragedia, debemos aferrarnos a estas muestras de unidad entre pueblos de diferentes religiones, sirviendo a Di-s codo a codo, con mutuo respeto. Una pequeña luz puede disipar hasta la oscuridad más profunda. El Bien triunfará.
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