JERUSALEM— Los recién casados Mendy y Esther Turk, quienes llegaron a Israel hace nada más que dos días para comenzar una nueva vida juntos con un año de estudios en Jerusalem, recibieron una “bienvenida” distinta de la que seguramente anticiparan.

Aterrizaron aquí tan solo seis semanas después de sus nupcias para iniciar una vida de casados construida sobre lo que Mendy llamó “bases sólidas rodeadas por la sacralidad especial de la tierra de Israel y, en particular, de Jerusalem”.

Mendy Turk –cuyos padres, el rabino Yossi y Chana Eta Turk, son emisarios de Jabad Lubavitch en Córdoba, Argentina– iniciará sus estudios en la histórica Colel Tzemech Tzedek, una ieshivá para académicos jóvenes y casados en la ciudad vieja de Jerusalem. Asimismo, Esther Turk –cuyos padres, el rabino Chaim y Calanit Cohen de San Pablo, Brasil, también son emisarios de Jabad– estudiará en Jerusalem.

El día siguiente a su llegada, se encontraban en la estación central de ómnibus de Jerusalem para tramitar sus tarjetas de transporte Rav Kav. Estaban por hacer una compra en un kiosco cuando sobrevino el caos.

“Estábamos hablando con el vendedor y de pronto oímos disparos. Nuestra primera reacción fue saltar por encima del mostrador y agacharnos. De un momento a otro, todos corrían en busca de refugio”, recuerda Mendy Turk.

“Nos quedamos allí unos minutos, pero cuando quisimos salir, de nuevo escuchamos ruidos y docenas de soldados israelíes aparecieron en el lugar con las armas desenfundadas y listas para disparar. No estaba seguro de por qué. Tal vez buscaran a algún cómplice. Unas veinte personas, nosotros incluidos, nos apretamos dentro de un pequeño cuarto en el fondo del local”, dijo Turk. “Esto solo ya era aterrador, pero a decir verdad, una de las cosas más perturbadoras que recuerdo de aquel momento fue ver a tantos adultos llorando”.

“Finalmente nos permitieron salir. Nos dirigíamos a la salida cuando apareció un enorme grupo de soldados en la entrada con las armas listas. Se podía oír el ‘clic’ de las armas al ser amartilladas. Fue una especie de caos, porque había soldados que nos decían que nos quedáramos quietos mientras que otros nos daban instrucciones para salir”.

Afueras de la estación central de ómnibus de Jerusalem, donde el miércoles un terrorista apuñaló a una mujer de 70 años e intentó apuñalar a otras personas antes de que las fuerzas de seguridad de Israel le dispararan y lo mataran. (Foto: Hadas Parush/Flash90)
Afueras de la estación central de ómnibus de Jerusalem, donde el miércoles un terrorista apuñaló a una mujer de 70 años e intentó apuñalar a otras personas antes de que las fuerzas de seguridad de Israel le dispararan y lo mataran. (Foto: Hadas Parush/Flash90)

“Nos quedaremos aquí”

Los Turk pudieron salir y caminar hasta la contigua estación de tranvía, donde supieron que una mujer de 70 años había sido apuñalada por un terrorista al cual la policía había disparado y matado, y que se había temido que hubiera un segundo terrorista en la estación de ómnibus. “Abordamos el tranvía junto con una multitud que había optado por la misma vía de escape. Se cerraron las puertas y pudimos abandonar el lugar”.

“Sin embargo”, relató Mendy Turk, “una de las cosas que tuve más presentes durante todo esto fue un recuerdo de cuando, durante la guerra del Golfo Pérsico, mi padre comenzaba a trabajar como emisario de Jabad en Argentina. Mi padre conducía plegarias por la seguridad de Israel, y recuerdo que repetía lo que solía citar de la Torá el Rebe de Lubavitch [el rabí Menajem M. Schneerson, de bendita memoria] en tiempos de aflicciones vinculadas a Israel, es decir: ‘una tierra que cuida el Señ-r, tu Di-s; los ojos del Señ-r, tu Di-s siempre están puestos en ella, desde el principio del año hasta el fin del año’”.

A pesar de esta desgarradora experiencia, los Turk planean quedarse este año según lo planificado

“Todos podemos pasar por momentos aterradores, pero nos quedaremos aquí”, concluye Turk, “recordando que esta es la tierra sobre la que están puestos los ojos de Di-s”.