Pregunta:
Soy un estudiante de doctorado en biología. Trabajo principalmente en el laboratorio y en hacer investigaciones en modelos animales. Me preguntaba si, desde una perspectiva judía, está bien sacrificar animales para su investigación y fines terapéuticos.
Respuesta:
Desde la perspectiva de la Torá, no hay duda acerca de la sensibilidad necesaria en el cuidado físico, así como el bienestar psicológico de los animales. Esto lo aprendemos de (entre otros lugares en la Torá) la orden para ayudar a un burro que está sufriendo debido a colapso bajo su carga1 , como asi también la prohibición de ponerle bozal a un toro mientras ara la tierra para evitarle el sufrimiento de estar rodeado de comda y no poder comer.2
Cada creación tiene un valor intrínseco y un propósito por el cual fue creado, como el Talmud dice: “De todo lo que el Santo, Bendito sea, creó en su mundo, no ha creado ni una sola cosa sin un propósito.” 3 Y por lo tanto, tenemos prohibido destruir recursos sin ninguna razón4 . Por otro lado, la Torá concede explícitamente el dominio del hombre sobre el reino animal,5 y el hombre puede beneficiarse de los animales tanto para el trabajo como para el consumo.
Este permiso concedido al hombre quizás puede entenderse mejor observando la estructura básica de la creación. En general, la creación se puede dividir en una jerarquía de cuatro reinos: inanimado (o mineral), vegetal, animal y humano. En esta jerarquía, Di-s creó un medio natural de progresión de las formas inferiores de la creación a formas más altas, a través del consumo o la utilización de la forma más baja por la forma más elevada. Por ejemplo, las plantas crecen desde el suelo y luego son ingeridas por los animales. El animal es luego utilizado o consumido por el hombre, y elevado a un estado superior.
Esta progresión alcanza su punto máximo cuando una persona queda fuera de sí mismo en el Servicio de su Creador6 . Como el Talmud lo dijo, “Estas criaturas fueron creadas para servir al hombre y el hombre fue creado para servir a su Creador”7 .
Basándose en este principio, el Rabino Moshe Isserlis dice que cuando se trata de la curación o para otros fines benéficos, no existe una prohibición de causar dolor a los animales, (Tzaar Baalei Jaim)8 . Y añade, que incluso en los casos en que técnicamente se puede permitir causar dolor a un animal, uno debe abstenerse de causar dolores innecesarios,9 ya que actuar de una manera cruel puede tener un efecto negativo en el carácter de la persona.10
Algunos postulan que, si bien según la ley judía se puede causar dolor a los animales para la investigación científica o estudio médico,uno debería, como medida de piedad, abstenerse de hacerlo ya que esto puede causar que la persona desarrolle una naturaleza cruel.11
Sin embargo, esta posición es contrarrestada por el Rabino Yaakov Yejiel Weinberg (1885-1966) quien escribe que uno puede optar por actuar con extrema piedad sólo cuando se trate de su propio bienestar. Pero cuando la vida de otras personas están en juego, no se permite que la moral personal esté en a un nivel superior a la establecida por la ley judía. ¿Qué tipo de moralidad acepta preocuparse por el bienestar de los animales y dejar de lado a los seres humanos? Por lo tanto, incluso de acuerdo con el Rabino Moshe Isserlis, se permite experimentar con animales para el bien de los seres humanos.12
La discusión anterior sobre la piedad fuera de lugar es correcta solo con respecto a la investigación hecha en aras de la medicina o similares. Sin embargo, cuando se trata de la utilización de animales para otros fines y formas de investigación (como cosméticos), hay que tener en cuenta la advertencia del Rabino Moshe Isserlis de abstenerse de la crueldad.13 Se debe consultar con un Rabino experto en estas leyes para determinar en cada caso.
Escribe tu comentario