Estimados Lectores:
Hoy es Rosh Jodesh Menajem Av, el primer día del mes de Av, damos comienzo a la etapa más difícil y triste del calendario hebreo, en estos días recordamos la destrucción del primero y segundo templo de Jerusalem. Tenemos prohibido tomar vino o comer carne (salvo en Shabat que no está permitido el duelo), y demás cosas que en general nos dan alegría.
Esta semana alguien me preguntó ¿Por qué sostenemos un duelo después de tanto tiempo? El judaísmo impone a los deudos un duelo de una semana, una segunda etapa de duelo durante el primer mes, y una última etapa que dura el primer año. Pero a más de dos mil años, ¿Por qué seguimos haciendo un duelo de tres semanas año a año? ¿Incluso cuando ninguno estuvo en el Templo?
Hoy también en Argentina se recuerda el 21 aniversario del atentado a la AMIA, la mutual judía que se explotó en el año 1994 dejando 85 víctimas fatales, miles de heridos y a un país entero sin justicia. Cada año cuando llega este momento el sentimiento general es que el dolor no disminuye, sino que se acrecienta, al ver que la impunidad y la justicia se hacen más difíciles de lograr.
El tiempo naturalmente cierra las heridas, pero cuando sabemos que no se hizo justicia esa herida no cierra nunca.
El pueblo de Israel en su totalidad vive en exilio desde la destrucción del templo y la expulsión de nuestros hermanos de la tierra de Israel, desde ese entonces estamos a la merced de las naciones que nos acogen (incluso quienes viven en la tierra de Israel en la actualidad se ven atacados por naciones enemigas).
Por eso el duelo del mes de Av, no se circunscribe a la destrucción del templo, sino al exilio en general, a todos los años de antisemitismo, a los ataques actuales en Israel y en Europa. Estos son días para reflexionar y pedir a Hashem que ya no aguantamos más, que queremos la redención mesiánica en forma revelada y que podamos vivir en paz y armonía con el resto de la humanidad.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy
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