¡Antes vivíamos aquí!” exclamó mi hijo de tres años mientras estacionábamos nuestro auto enfrente a nuestra casa. Habíamos vuelto de unas vacaciones de tres semanas en las cordilleras de Quebec. Estaba sorprendida que mi hijo hubiese asumido que nos habíamos mudado en forma permanente a las cordilleras.

Los niños pequeños no saben lo que tenemos en mente cuando cambiamos sus ambientes familiares. Las siguientes son formas de facilitar la transición entre las vacaciones y la casa para nuestros pequeños.

Que sus hijos se despidan de la familia y amigos diciendo “Hasta pronto”. Un pequeño calendario sencillo para marcar la fecha de salida y llegada fue muy útil para mi sobrino de cuatro años Aarón de Montreal. Hizo que dejara de preguntar continuamente “¿Cuándo nos vamos?” y una vez en el hotel, “¿Cuándo volvemos a casa?”

“Volveremos a casa pronto,” Sara le dice a sus hijos antes de cada viaje, comparando las vacaciones con una visita al parque, “excepto que las vacaciones duran más,” finaliza con una sonrisa.

Los niños pueden hacer sus propias maletas, lo cual les comunica por adelantado de un viaje próximo. Al regresar a casa que regresen las cosas que pusieron en la maleta para que tengan un sentimiento tangible de “nos vamos” y “volvemos a casa”.

Los souvenirs también juegan un rol importante. Les hace traer con ellos su experiencia de las vacaciones. Conversar sobre el regreso a casa y los familiares y amigos con los que se van a encontrar nuevamente. No olvides mencionar su cuarto y su cama. “El osito quiere dormir de nuevo contigo en tu cama.”

Los niños prosperan con consistencia. Un bebé sacado de su ambiente familiar se convierte en un bebé ansioso y preocupado. Es por lo tanto importante prepararlos para los cambios y sucesos fuera de su programa normal.

Habla con tus hijos sobre los cambios de clima en la ciudad donde van de vacaciones: Acá hace frío, pero en Florida estará muy caluroso, ¿qué ropa llevaremos? Un estilo de comidas distinto le puede desagradar a su bebé. Es buena idea tener una provisión de comidas favoritas a mano. Busca libros para niños que traten los dilemas que su hijo puede encontrar en la ciudad de vacaciones.

Sara puso fotos de revista del lugar de vacaciones al que iba a ir en el álbum de su hijo. También agregó fotos de los familiares con los que se iban a encontrar. Dejó espacios en blanco para fotos de nuevos amigos o experiencias con las que se iban a encontrar.

“Ayudó a mi hijo a esperar y aceptar su nuevo ambiente,” dijo ella. “Lo que más me sorprendió fue la facilidad con la que aceptó a la familia que sólo había visto en el álbum,” agregó, “y esto de un niño tímido…” finalizó con una sonrisa.

Designa una silla propia para su hijo, también una cama y un lugar donde poner sus cosas. Dale a tu hijo oportunidades para reclamar las cosas como suyas.

Riva de Toronto tenía muchos problemas con David de tres años durante las comidas dado que se negaba a sentarse sin su sillita de bebé elevada en la casa de su abuela. Pusieron agendas telefónicas para darle altura pero esto no lo calmó y empezó con una rabieta. De repente la abuela apareció con una silla de oficina y se la “vendió” a David por su suéter. La táctica funcionó. David comió sus comidas en su propia silla.

Lleva cosas favoritas, como un juguete de agua para hacer que el baño sea más placentero. Le dará familiaridad a un lugar extraño.

A veces es necesario viajar con pocas cosas. Como alternativa puedes llevar una foto del juguete o si el niño es suficientemente grande haz que lo dibuje. Usa la imaginación para poner algo sustitutivo en su lugar.

La hora de ir a dormir se convierte en una pesadilla para esos niños que dicen “quiero mi cama”. ¿Qué hacer? Yo hago que mis hijos lleven sus cosas de cama favoritas en una bolsa de dormir. Va todo. Un pájaro grande, dos libros favoritos, una frazada y almohada con ositos y sus pijamas preferidos, por supuesto. Cuando es hora de ir a dormir hago que lleven todo a la cama. Los ayuda a acomodarse durante la noche con quejas mínimas.

Elimina los “no” innecesarios. Que la abuela proteja la casa de los niños o hazlo tu misma. Saca las plantas. Cierra escaleras abiertas, saque cosas rompibles del alcance, etc.

“No hay juguetes en la casa de mi suegra,” se lamentó mi amiga. “Entonces se queja de los niños juegan con las persianas venecianas.” Lleva un juguete interesante para mantener a tu hijo alejado de lugares peligrosos. Parte del presupuesto de las vacaciones puede ser traer nuevos juguetes o juegos como souvenir de vacaciones.

Tranquiliza a tus niños todo el tiempo con respecto a los cambios que suceden. Necesitarán un apoyo extra a la hora de bañarse e ir a la cama para que estén tranquilos.

Disminuye su aprehensión preparándolos para el viaje, tanto sea con fotos, libros de historias o preparando su propia valija. Dile a tus hijos qué lugares visitarán y que harán allí.

Una vez allí, indica las diferencias entre la ciudad de vacaciones y su ciudad de residencia, como también los diferentes tipos de casas, comidas y vestimentas. No olvides tomar fotos de todas las diferencias en un álbum de recortes. A tus niños les encantará mirarlo una y otra vez.

¡Que tengan un buen viaje!