Tuve la oportunidad de asistir últimamente a la Conferencia Internacional de Shlujim (representantes del Rebe de Lubavitch, que su mérito nos proteja) que se realiza todos los años en Nueva York.

En el vuelo camino a Nueva York me encontré con un grupo de amigos uruguayos. Me preguntó uno de ellos por el motivo de mi viaje y le dije que estaba viajando a Nueva York para participar en la conferencia a la cual asisten miles de mis colegas de todas partes del mundo. Y “¿de qué hablan en el congreso?” me preguntó.

“De vos,” respondí.

“Dale, dale…” insistió.

“Es en serio. Hablamos de cómo ayudar a cada comunidad y a cada individuo - incluyéndote a vos - a fortificarse en su judaísmo.”

¿Cómo se hace para abarcar a todas las comunidades y a cada integrante del pueblo judío? ¡Son millones de necesidades diferentes!

Hay dos maneras de abordar el desafío: “desde abajo hacia arriba” y “desde arriba hacia abajo”. Las concepciones de “arriba” y “abajo” cuando hablamos de ideas son sinónimos de “comienzo” y “final”, u “origen” y “resultado” respectivamente, ya que en el mundo espiritual de las ideas y las emociones no hay espacio que se preste a referencias de “arriba” y “abajo” en el sentido literal. Así que podríamos decir que las dos maneras de aproximarse son desde el final hacia el principio y desde el principio hacia el final.

¿Qué quiere decir en términos prácticos?

Cuentan de un rabino a quien en víspera de Pésaj alguien le preguntó si se podía cumplir con la obligación de tomar cuatro copas de vino tomando en su lugar cuatro copas de leche. El rabino le dijo que sí y enseguida mandó a su secretario a entregar una importante suma de dinero a la casa de la familia. “Fíjate,” dijo el rabino al secretario, “si pregunta si pueden tomar leche en el Séder es que no deben tener suficiente dinero para comprar pollo o carne…”.

Si el Rabino hubiese abordado el tema “desde abajo hacia arriba”, hubiese quedado satisfecho con contestarle sobre si se puede o no sustituir vino por leche en el Séder de Pésaj. Pero al ser una persona que abordaba los temas “desde arriba hacia abajo”, vio lo que había detrás de la pregunta, la causa que dio lugar a la pregunta, el hecho de que no tenían dinero suficiente para comprar lo necesario para el Séder.

Volviendo al Kinus:

El Kinus tiene muchos elementos, desde talleres prácticos sobre temas muy específicos, hasta plenarios en los cuales se tratan temas más generales.

Hay temas que son muy particulares a cada comunidad y cada individuo y hay temas que son globales y se aplican a todas las comunidades e individuos.

Los temas globales son los temas de “arriba” y los temas particulares son los temas de “abajo”. Cuanto más claros tenemos los temas de “arriba”, los temas que todos compartimos, tanto más fácil se nos hace resolver las cosas en el plano de “abajo”, las necesidades particulares.

Lo mismo sucede a nivel personal de cada uno de nosotros. Cada uno tiene una misión específica dentro de la mancomunada del pueblo judío y de la humanidad toda. Y hay dos maneras de abordar el tema, “desde abajo hacia arriba” y “desde arriba hacia abajo”. Empezar “desde arriba” implica partir de la base de que hay un Creador quien nos creó para cumplir con un propósito. Un mismo Creador de todo el universo. Somos parte de algo más grande y el desafío está en dar con nuestro lugar específico dentro del mosaico. Empezar “desde abajo” quiere decir partir de la base de que “yo estoy”. Yo tengo mis deseos y necesidades. ¿Cómo hago para lograrlos? Y a veces, más desafiante todavía, la pregunta de ¿cómo hago para saber qué es lo que realmente quiero?

Las dos maneras de abordar el tema son complementarias; abordar el tema “desde arriba hacia abajo”, definiendo el contexto general, da más claridad y facilidad para resolver el tema a nivel particular.

¿Es sustentable una vida basada en una visión desde arriba hacia abajo?¿Cómo se hace para poder abordar el desafío de la vida “desde arriba hacia abajo”? Es por medio del estudio de la Torá y más específicamente por medio del estudio del jasidismo (para saber más acerca de qué es jasidismo, consulta con tu rabino de Jabad de confianza).

La Torá, entre otras funciones, cumple con la función de alimentar el alma y su visión de “desde arriba hacia abajo”. Hay diferentes tipos de alimentación desde lo más básico como pan y agua hasta lo más exquisito. El jasidismo se compara con el aceite que por un lado flota arriba de todo líquido y por otro lado penetra profundamente en los sólidos. Tal como el aceite realza el sabor de la comida, así el jasidisimo realza el sabor de la alimentación que proporciona el estudio de la Torá.

El aceite cumple también con otra función: sirve como combustible para iluminar. Y esto, en definitiva, es lo que quiere Jabad.

Feliz Janucá y felices vacaciones.

P. D. Para usar un ejemplo del fútbol: si uno quiere jugar en una selección, ¿buscaría un equipo que lo necesite o buscaría adaptarse a lo que su equipo necesita?