Mi abuela encendía cinco velas. Durante la semana de Janucá, ella agregaba dos ramas de dos velas cada una, haciendo un total de nueve velas. El candelabro estaba construido de forma que los posa-velas podían quitarse e insertarse en su lugar tacitas de aceite para el encendido especial de Janucá
El Rebe entonces preguntó: "¿Y qué pasa en Janucá? ¿Los prisioneros pueden encender las velas?
¿Los prisioneros pueden encender las velas? Debemos valorizar la importancia de encender las velas para una persona que se encuentra sola en una celda. Es imposible calcular el calor y la esperanza que producen en un ambiente tan sombrío...
Cada judío tiene una chance. Cada judío tiene una chispa divina que solamente hay que darle aire, y brota en una potente llama. Con eso en mente tomé la decisión.
Las velas de Janucá logran derretir el corazón de un anciano.
Por Jaim Drizin
El coche se veía magnífico. Me quedé parado admirando nuestra obra en medio de los copos de nieve que caían suavemente, debo admitir que era la mejor Menorá móvil que había visto en mi vida..
Iehudit cruzó los portones de Betulia, vestida en sus prendas más finas. Estaba acompañada por su fiel doncella, quien portaba una cesta llena de panecillos, queso y un par de botellas de vino.
Me sentía demasiado en onda y moderna como para frecuentar a mis compañeros judíos quienes, para mi nivel de libertad, aparentaban sentir demasiado orgullo por su propia religión...
Un día un hombre se me acerca después de la clase. Estaba llorando, y me cuenta la historia más triste pero más inspiradora que haya escuchado durante largo tiempo: “un año antes de mudarme aquí perdí a mi esposa y dos de mis tres hijos en un accidente de auto. Estaba devastado....
Morgenstern juntó coraje en su interior para enfrentar al joven. "ese era mi espacio para estacionar" dijo Morgenstern. "Y a mi qué me importa?" dijo el muchacho, llenándose antes de que Morgenstern pudiera responder. Morgenstern sacudió la cabeza...
Me miró a los ojos y dijo “¿Entiende lo que ha ocurrido? El Rebe estaba hablando de mí”.
Por Shlomo Wilhelm
Al principio, se rehusó; pero luego de que le insistiera un poco, comenzó a arremangarse la camisa y me permitió que le ayudara a colocarse los tefilin.
Esta historia es acerca de un hombre en busca de un tesoro enterrado. Pero ese tesoro no es de los que se pueden ver o tocar. Más bien se trata de un tesoro completamente diferente, que es mucho más precioso y valioso – ya que no tiene precio.
Nuestras pequeñas llamas solo ardían durante unos breves minutos cada noche, pero al menos cumplimos con la mitzvá de dar a conocer el milagro de Janucá