Los místicos enseñan que debemos tomar enseñanzas espirituales de todo lo que vemos o escuchamos. ¿Qué podemos aprender de un virus de la computadora?

Estamos todos conectados

Yo estoy sentado en mi computadora aquí en Sydney y todo está bien, hasta que a un viejo amigo en el otro lado del mundo, le entra un virus a su computadora. Como mi nombre aparece en su libreta de direcciones, me convierto en una víctima cuando el virus ingresa en su computadora y se envía a su toda su lista. ¡Así que recibo el virus sólo porque él lo hizo!

Estamos todos juntos en este mundo. No debo engañarme pensando que el problema del otro no es mi problema. Su dolor es mi dolor; su felicidad se une invariablemente con la mía propia.

Cada detalle pequeño cuenta

Cuando veo un e mail extraño en mi inbox, tengo una opción. Con sólo pulsar el botón, puedo anularlo y así evitar la molestia de una computadora infectada. O, con pulsar el botón puedo causar un alud. Es simplemente un clic pequeño, pero los resultados son enormes.

Así es a menudo: las cosas pequeñas significan mucho. Una palabra amistosa o una llamada telefónica sólo para decir hola, puede impactar la vida de alguien de forma que no podemos imaginar.

Podemos cambiar el mundo

Cada virus empieza con un idiota. Alguien, en alguna parte, no tiene nada mejor que hacer que comprometerse con el vandalismo virtual. Y del plan destructivo de esa persona, millones de personas en el mundo se ven afectadas.

A veces sentimos que nuestras vidas son pequeñas e insignificantes en el gran esquema de las cosas. ¿Qué diferencia represento con tantas personas en el mundo? El virus de la computadora nos enseña que no importa cuán pequeños nos sintamos, cada uno de nosotros tiene el poder para cambiar el mundo. ¡Y si en ese caso, mucho daño puede hacerse con un esfuerzo pequeño, imaginemos cuánto más efecto curativo y energía positiva puede crearse si ponemos nuestras mentes y corazones en ello!