Iom Kipur es un día de expiación y de perdón. En el servicio de plegaria de Ne’ila, el punto más íntimo del Judaísmo es revelado; cada persona dice versos de sacrificio de ella misma y de unidad, y resuelve totalmente que a partir de allí todas sus acciones serán por amor al Cielo. Inmediatamente después el regocijo aumenta, con un poderoso entusiasmo, y es la alegría de la cercanía interna donde previamente había existido distancia.

Esta alegría es llamada el “tiempo de nuestro regocijo,” una expresión en plural, ya que D-os se regocija y se alegra con todo judío como un rey se regocija por la redención de su único hijo luego de su cautiverio. Nosotros también nos regocijamos en Él, y en tres cosas: 1) Nuestra partida del cautiverio y del exilio. 2) Que hemos logrado cercanía interna a nuestro Padre y Rey. 3) Por la reversión de estar llenos de mitzvot después de estar llenos de iniquidad, y que nuestros méritos se han multiplicado.

(Sefer Hama’amarim Kuntreisim, vol. 1, p. 139)