Bsd.

En el ámbito de la mística es conocida la frase que reza: ''La Torá habla de las Dimensiones Superiores e insinúa estar refiriéndose a las Dimen­siones Inferiores''. Es decir, si bien la Torá se refiere a cuestiones y aborda temas en ''términos humanos'' (''inferiores''), en realidad, por ser la expre­sión de la Sabiduría Suprema, la Torá habla de aspectos Divinos, sólo que los mismos están ''investidos'' en relatos o conceptos ligados a lo material y mundano.

En este ensayo, el Rebe descubre ante nuestros ojos dos pasajes bíblicos desde la Mirada Superior de la Torá, y los relaciona entre sí. La muerte de Sará y el lamento de Avraham, su marido, dejan de ser un hecho familiar de nuestros antepasados que obviamente constituyen un importante episodio histórico de nuestro Pueblo, y pasan a ser considerados, desde la perspecti­va de la mística, la interrelación entre el cuerpo (simbolizado por ''Sará) y el alma (simbolizada por ''Avraham'').

Algo similar sucede con el versículo ''cuando veas el burro (jamor) de tu enemigo yaciendo caído bajo su carga, ¿te abstendrás de ayudarle? Cier­tamente ayudarás, junto a él''. El ''burro'' es el cuerpo que le ''pesa'' la ''carga'' de Torá y mitzvot. Aquí la Torá ordena al alma no dejar al cuerpo a la deriva, sino ocuparse de él y elevarse juntos.

A

1. En la Sección de la Torá de este Shabat está escrito que "Sará murió en Kriat Arbá, en Jevrón, en la Tierra de Canaan, [y Avraham vino para lamentar a Sará y llorarla]"1.

El Zohar explica que "Sará" simboliza al cuerpo, y "Avraham" al alma2. Y en ese contexto interpreta el versículo de la siguiente manera: "Sará murió...", cuando el cuerpo muere, "...en Kriat Arvá..." [lit. "la ciudad de los cuatro"] o sea, este cuerpo compuesto por los Cuatro Elementos3 (que son la substancia básica de toda cosa creada), "...en Jevrón..." (palabra que tiene la misma raíz que jibur4, 'unión', por lo que alude a la unión de) estos cuatro elementos que estaban unidos mientras el cuerpo estaba vivo. Y al morir el cuerpo, "...y Avraham vino...", el alma viene "...para lamentar a Sará y llorarla", el alma llora [por el cuerpo], pues aun luego de la muerte, tras su partida, el alma continúa vinculada al cuerpo.

Sin embargo, a la luz de esta interpretación –que "Sará" alude al cuerpo y "Avraham" al alma– es preciso comprender el versículo [en la anterior Sección de Lej Lejá, cuando Di-s ordena a Avraham (el "alma")]: "Todo lo que Sará (el "cuerpo") te diga, escucha su voz"5. [¿Acaso el alma debe escuchar y obedecer a la "voz", es decir, a los deseos del cuerpo?]

2. [Para comprenderlo, es preciso explicar previamente otro concepto:]

Es bien conocido el aforismo del Baal Shem Tov6 sobre el versículo "Cuando veas al burro de tu enemigo yaciendo caído bajo su carga..." 7:

"Cuando veas el jamór (burro)...", cuando reflexiones acerca de tu jómer (tu materia corporal) 8, notarás que es "...tu enemigo...". Pues en la etapa inicial de la avodá (el esforzado servicio a Di-s) del hombre, al comienzo de su vida, el cuerpo y el alma son enemigos. [En esta etapa del servicio, al cuerpo le "pesan" la Torá y las mitzvot; por eso, está] "...yaciendo caído bajo su carga". "Carga" alude al yugo [la obligación] de estudiar Torá y cumplir las mitzvot. Si bien estos son "su carga" –pues las mitzvot fueron dadas expresamente a almas investidas en cuerpos con el objetivo de purificar y elevar a estos últimos– el cuerpo, no obstante, considera esta tarea [en la etapa inicial de su servicio,] como una "carga" indeseada, y por eso se encuentra "yaciendo caído bajo su carga".

3. Además de que el cumplimiento de las mitzvot fue encomendado exclusivamente a almas que están investidas en cuerpos físicos, [es necesario tener en cuenta también que más allá de quien sea quien las cumple,] las mitzvot en sí se invisten [y por lo tanto son llevadas a cabo] en objetos materiales. Esto es válido no sólo para las mitzvot maasiót (los preceptos que involucran una acción concreta), sino también para aquellas que son 'deberes del corazón' –por ejemplo, amar y temer a Di-s– o 'deberes de la mente' –por ejemplo, la fe en la Unicidad Divina–. También estas mitzvot deben ser cumplidas, es decir, sentidas físicamente en el corazón y la mente.

Tomemos, por ejemplo, el precepto de amar a Di-s. En la dimensión concretamente física podemos percibir que 'una buena noticia expande los huesos'9 como sucedió en el episodio relatado por la Guemará10, cuando una buena noticia provocó literalmente un cambio físico. Lo mismo es cierto respecto del amor a Di-s: Cuando la persona percibe que "la proximidad con Di-s es buena para mí", ello debe notarse de igual manera en su cuerpo físico.

Lo mismo sucede con respecto al temor a Di-s: No basta con una mera "contracción" de la mente o el corazón. El temor a Di-s por parte del hombre debe notarse [es decir, sentirse,] en el cerebro y corazón físicos, de modo que la "carne" del cerebro y el corazón se vea afectada por éste.

Nuestros Nesiím (los Rebes de Jabad) son un vivo ejemplo de todas sus enseñanzas. En relación con el tema que nos ocupa, hay un célebre episodio de la vida del Alter Rebe que nos sirve de modelo: Cierta vez, en medio de la plegaria (era en Rosh HaShaná o Iom Kipur), al llegar a las palabras 'Por lo tanto, impón pajdejá (Tu miedo)', cayó al suelo y, mientras rodaba por éste, decía 'paj..., paj...'. [Su concentración en este segmento de la plegaria lo llenó de] un gran temor [a Di-s que] le impidió completar la palabra. Sólo unos momentos después pudo hacerlo y decir 'pajdejá'.

Hay otro episodio [que ilustra similarmente esta idea, acontecido] con el Rebe Tzemaj Tzedek: En los primeros años de su liderazgo, en cierta ocasión se sentó en un farbrenguen (encuentro jasídico) con sus jasidím (discípulos, seguidores). Alguien trajo un poco de kavit (vodka de 90 grados). El Rebe bebió un vaso entero de esta fuerte bebida, luego otro, y ordenó que le sirvieran un tercero11. Luego se pasó la mano por la frente y [desde ese instante] no se notó en él efecto alguno de la bebida alcohólica.

Más tarde, en otra oportunidad, el Tzemaj Tzedek explicó que en ese momento había concentrado sus pensamientos en la grandeza de Di-s. Esta meditación hizo que lo acogiera un enorme temor [a Di-s], y "el temor contrarresta los efectos del vino fuerte"12. Este temor tuvo un efecto tan pronunciado, que en el Rebe se podía percibir un cambio físico concreto, como si nunca antes hubiera estado bajo la influencia de la bebida.

Lo mismo es cierto de la mitzvá de amar a Di-s: [en cuanto a ésta, y en concordancia con lo antedicho] se cuenta que Rabí Menajem Najúm de Tchernobyl sufría obesidad por responder Iehéi shméi rabá13 ("sea Su gran Nombre bendecido") con toda la energía de su concentración. O sea, meditaba en el Shméi rabá ("Su gran Nombre") y la portentosa grandeza del Eterno, en cómo Di-s es "bendito por siempre jamás" (lit.: "al Mundo y a los Mundos de los Mundos") –es decir, que la Divinidad es atraída a todos los Mundos14, incluso a este plano físico de [la Creación, en el que prevalece] la acción concreta (el plano de Asiá)– y esta meditación lo llenaba de un deleitoso amor por Di-s que provocaba su obesidad física15.

4. [El versículo citado antes –"Cuando veas al burro de tu enemigo yaciendo caído bajo su carga..."– concluye diciendo: "¿Te abstendrás de ayudarle? Ciertamente ayudarás, junto con él"].

La [citada] interpretación del Baal Shem Tov prosigue [también sobre la segunda parte del versículo]: "¿Te abstendrás de ayudarle?" Dado que el cuerpo [ya] está yaciendo caído bajo su carga, uno podría creer que debe concentrar su atención por entero en una avodá relacionada exclusivamente con el alma y quebrar al cuerpo mediante ayunos y aflicciones. [¡No es así! Por eso] se nos dice [inmediatamente después]: "Ciertamente ayudarás, junto con él", junto al cuerpo; [el servicio a Di-s debe consistir en que] el cuerpo debe ser refinado [por el alma, y no abandonado a su suerte por ésta. El alma debe servir a Di-s y hacerlo trabajando junto al cuerpo, de modo que también éste se eleve y refine junto con ella].

[Prueba de ello –de que es primordial la participación activa del cuerpo en la observancia de las mitzvot– es que] si bien la persona puede concentrarse en las kavanot (meditaciones místicas) que encierra una mitzvá, [ello no basta, pues] en la práctica, no ha cumplido la mitzvá. Por ejemplo, si alguien se concentra [devotamente] en las kavanot de los Tefilín, pero en la práctica no se los pone, ello no sólo significaría una falta en el cumplimiento de la mitzvá sino también una transgresión, al obviar la práctica concreta de cumplir la mitzvá de Tefilín.

Por otro lado, quien sí se los puso pero no pensó en ninguno de sus significados y contenidos místicos –ya sea por ignorarlos o simplemente [sin motivo ni justificativo,] no lo hizo– deberá soportar su pena por no haber tenido en mente la meditación adecuada pero, en lo que hace a la práctica, cumplió la mitzvá.

[También respecto de este concepto podemos tomar a uno de nuestros Rebes como modelo:]

Cuando había que realizar el Brit Milá (circuncisión) de uno de los nietos del Tzemaj Tzedek, se enfrentó la disyuntiva de elegir entre dos diferentes mohalím (personas que realizan la circuncisión): Un anciano familiarizado con los escritos [cabalísticos] del AríZa"l16 (al menos con aquellos relacionados con la circuncisión) o un joven [por supuesto también temeroso de Di-s,] considerado un experto en la práctica pero no tan erudito como el primero. El consejo del Tzemaj Tzedek fue que se eligiera al mohel joven, y explicó que aquí, lo que [realmente interesa y] se necesita es que se practique físicamente la circuncisión [más allá de las kavanot. No porque las kavanot no fueran importantes, sino porque lo principal es la acción concreta].

[Lo explicado responde, entonces, la pregunta inicial. Pues] el significado de "Todo lo que Sará te diga, escucha su voz", conforme la interpretación del Zohar –que "Sará" alude al cuerpo– es el énfasis [que pone el versículo en el cuerpo,] de que el objetivo [de Di-s, al crear el mundo,] es el [refinamiento del] cuerpo.

En el presente, [previo a la llegada del Mashíaj,] esto no se percibe manifiestamente, pero en la Era Mesiánica será tan obvio que [a la inversa de como sucede ahora,] el alma extraerá su vitalidad del cuerpo17. A los Patriarcas, sin embargo, "el Santo, bendito sea, les hizo 'saborear' en este mundo una muestra de lo que será el Mundo Venidero"18. Y a ello se debe que a Avraham se le dijera: "Todo lo que "Sará" (el cuerpo) te diga, escucha su voz", [pues él, en ese momento, ya estaba en un nivel espiritual similar a aquel que todos disfrutarán en la Era Mesiánica].

B

5. En nuestra Sección Semanal, Vaierá, se encuentra el primer compromiso y casamiento registrado expresamente en la Torá: El de [nuestro Patriarca] Itzjak. [No es así] en relación con la boda de [la primera pareja humana,] Adam y Javá, [que,] según el Midrash19, sólo es insinuada por la Torá con un par de palabras.

Cuando Eliezer (el sirviente de Avraham) contó [a la familia de Rivká] cómo Avraham lo había enviado a Aram Naharáim [para que buscara una esposa para su hijo Itzjak], y la forma en que llegó allí, dijo: "Hoy llegué". Rashi explica [que esto significa que]: "En este día partí y en este día llegué. De aquí [aprendemos] que (a Eliezer) se le acortó el camino"20.

[Surgen las siguientes preguntas:] ¿Por qué fue necesario acortarle el camino de manera milagrosa, y con qué objeto relató Eliezer este hecho a Betuel y Laván?

Hay dos explicaciones al respecto. La segunda es al estilo jasídico, y nos permitirá percibir la abstracción y espiritualidad de una interpretación en dicha dimensión de la Torá.

6. La primera explicación es la siguiente: Cuando Avraham envió a Eliezer a Aram Naharáim, suscribió un documento cediendo toda su riqueza a Itzjak21. Sin embargo, estaba ante la duda de qué fecha poner en éste. Una opción era poner la fecha de la partida de Eliezer. Sin embargo, la Mishná establece que la persona debe ser cuidadosa con sus bienes22; ¿por qué entregárselos a Itzjak ya durante los 17 días que –supuestamente– debía durar la travesía? Avraham debía suscribir el traspaso de sus pertenencias a Itzjak con el propósito de que éste consiguiera un esposa, pero no por ello debía deshacerse de éstas... ¡17 días antes! Por el otro lado, poner una fecha posterior a aquella en que realmente se firma el documento para que coincidiera con la del arribo de Eliezer 17 días más tarde a destino, haría que el documento se considerara posdatado. Si bien un documento posdatado es legalmente válido, presenta algunos problemas técnicos23. Por lo tanto, Avraham asentó la fecha del mismo día en que redactó el documento y en consecuencia el camino de Eliezer fue acortado –"este día partí y este día llegué"–, a fin de que los bienes de Avraham no resultaran transferidos prematuramente.

Cuando Eliezer llegó a Aram Naharáim esperaba que Betuel y Laván (padre y hermano de Rivká, respectivamente,) le preguntaran: "¡Si el documento tiene la fecha de hoy, eso quiere decir que es posdatado; eso es algo que una persona tan puntillosa como Avraham no debería haber hecho!" Por lo tanto, anticipándose a cualquier reclamo de esta índole, Eliezer aclaró de inmediato: "Hoy partí y hoy llegué".

La segunda respuesta es la siguiente: En casa de Betuel, su padre, Rivká era como "una rosa entre espinos"24. La rosa brota precisamente entre espinos, y estos son importantes para su crecimiento y preservación25. La persona superará todos los obstáculos que significan los espinos únicamente cuando existan razones y una motivación suficiente para recogerla. Asimismo, la persona riega todo el suelo en bien de la rosa, beneficiando al mismo tiempo también a los espinos.

Cuando Rivká cumplió tres años y un día, se volvió apta para casarse con Itzjak. Avraham sintió el cambio producido en Rivká, y éste constituyó precisamente la razón y motivación para [considerar que había llegado el momento de] apegarla a la santidad y apartarla de los "espinos". [Por eso] dijo inmediatamente a Eliezer: "Ve a mi ciudad, a mi lugar natal, y toma una esposa para mi hijo, para Itzjak"26.

Ahora bien, de no habérsele acortado el camino a Eliezer, Rivká habría tenido que permanecer junto a Betuel y Laván por un período más largo. La extracción de entre los "espinos", llevada a cabo por medio de la misión de Eliezer, no podía comenzar previamente, antes de que Rivká alcanzara la edad apropiada para poder contraer matrimonio. Al mismo tiempo, era preciso que el camino de Eliezer se acortara para evitar que Rivká permaneciera en su casa más tiempo innecesariamente.

Cuando Eliezer llegó a Aram Naharáim, comprendió que Betuel y Laván le dirían que Rivká debía permanecer con ellos un tiempo más (como de hecho lo hicieron, diciendo: "Que la moza se quede con nosotros diez meses o un año"27). Por lo tanto, él les habló de manera enfática: "Este día". ¡Sepan que ésta es una cuestión en la que la premura es de crucial importancia! Cada instante cuenta, como lo evidencia el hecho de que "En este día partí y en este día llegué".

7. De este relato de la Torá podemos derivar una clara lección, relevante a nosotros y a las futuras generaciones en el contexto de [la máxima de nuestros Sabios que afirma que] "Los sucesos acontecidos a los Patriarcas constituyen una señal para los hijos"28.

En el episodio relacionado con Rivká se produjo una abreviación del camino para evitar que ella permaneciera un instante más en la casa de Betuel. Lo mismo es válido, y constituye "una señal" a tomar en cuenta por los hijos [de Rivká]: No hay motivo para dejarse abatir por la oscuridad del galut [exilio diaspórico], pues ciertamente el Todopoderoso acelerará la Redención para evitar que permanezcamos en el galut siquiera un instante más que lo necesario.

El exilio de Egipto es la raíz de todos los futuros estados de galut. Acerca de la redención de Egipto se dijo que los judíos "salieron en el medio del día", y al respecto [el Midrash] Mejiltá comenta que Di-s no los demoró siquiera un instante más29. Así será también con este galut, pues [como expresa la profecía:] "Tal como en los días de tu salida de la Tierra de Egipto, Yo os mostraré maravillas"30. Sólo debemos completar la restauración de las "pequeñas vasijas"31 y mereceremos, pronto en nuestros días, la completa Redención por medio de nuestro justo Mashíaj.