Estimados lectores,

Al comienzo de nuestra parashá leemos: "Estos son los números del Mishkán, el Mishkán del testimonio...".

Rashí comenta que la palabra Mishkán se repite dos veces en alusión a los dos Templos que fueron "retenidos" debido a los pecados de Israel. Hay un juego de palabras entre Mishkán y Mashkón, que significa garantía o prenda.

No se dice que los Templos fueron destruidos, sino que fueron resguardados, al igual que una garantía que el acreedor toma en espera de que el deudor pueda saldar su deuda. Mientras tanto, esa prenda permanece bien guardada y cuidada.

Los dos Templos fueron destruidos por los pecados del pueblo de Israel; no supimos valorar ni proteger el gran regalo que Di-s nos otorgó. Es como un padre que, al ver que su hijo no cuida un traje valioso, se lo retira hasta que madure y pueda apreciarlo como corresponde.

Durante dos mil años, tres veces al día, rogamos a Hashem que "reconstruya el Beit HaMikdash"—un lugar físico en esta tierra donde Su presencia sea palpable. A pesar del paso de los siglos, seguimos clamando por la devolución de nuestra prenda.

Hoy, el mundo entero tiene sus ojos puestos en Israel. Algunos creen que el pueblo judío no tiene derecho a "reconstruir su hogar en Sion", mientras que otros apoyan este anhelo milenario.

Pero nosotros sabemos que la decisión está en manos de Hashem. Nos encontramos en los últimos instantes del exilio. Demostremos a Hashem que estamos listos, que hemos aprendido la lección. Que la reconstrucción del Beit HaMikdash sea hoy mismo.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy