Ahora bien, es sabido que "los Patriarcas son la Carroza [Divina]". En el curso de todas sus vidas, no cesaron ni por un momento de ligar su mente y su alma al Amo del universo con la previamente mencionada sumisión absoluta a Su unidad. Después de ellos [vinieron] todos los Profetas, [que similarmente se autoanularon a Di-s en grados diversos,] cada cual según el nivel de su alma y su entendimiento. El nivel de nuestro maestro Moshé —sea sobre él la paz— los superó a todos; de él dijeron [nuestros Sabios]: "La Shejiná (Divina Presencia) habló de la garganta de Moshé". En el Monte Sinaí, Israel tuvo el privilegio de experimentar un leve atisbo de éste [nivel de autoanulación]. Pero no pudieron soportarlo; como han dicho nuestros Sabios: "En cada expresión Divina, sus almas salieron en vuelo" [y Di-s los resucitaba cada vez]. Esta [salida en vuelo de sus almas] representa la autoanulación de la que se hablara previamente. Por eso, El les ordenó inmediatamente que erigieran para El un Santuario, en el que estaría el Santo de los Santos, donde moraría Su presencia; es decir, allí se revelaría Su unidad, como se explicará más adelante.

Desde que fue destruido el Templo, el único santuario y morada que el Santo, bendito sea, tiene en Su mundo son "los cuatro codos de la Halajá"; [la Torá es la única morada] para [la revelación de] Su unidad. Porque las halajot dispuestas ante nosotros son la corporización de la Voluntad y sabiduría de Di-s. Por eso, después de que el hombre medite profundamente, según su capacidad, acerca del tema de esta autoanulación previamente mencionada, que reflexione en su corazón de la siguiente manera: "La capacidad de mi inteligencia de la raíz de mi alma es demasiado limitada como para ser una 'carroza' y una 'morada' para la unidad de Di-s, bendito sea, con perfecta verdad. Porque mi pensamiento no puede comprender o alcanzar Su unidad en absoluto con ningún grado de comprensión en el mundo, ni una pizca siquiera de aquello que fue comprendido por los Patriarcas y Profetas. Siendo esto así, Le haré un santuario y una morada mediante el estudio de Torá en horas fijas del día y de la noche, según mi tiempo libre, como lo estipula la ley que rige la situación de cada individuo, asentada en las Leyes del Estudio de la Torá, como expresan nuestros Sabios: 'Siquiera un capítulo por la mañana [y uno por la noche]...'".

Con ello se regocijará su corazón; se alegrará y ofrecerá jubiloso agradecimiento por su fortuna, por haber merecido ser "anfitrión" del Todopoderoso [a través de su estudio de la Torá, que lo convierte en "santuario" para Di-s] dos veces al día, según la magnitud de su tiempo disponible y conforme la capacidad que Di-s le ha otorgado generosamente.

Si Di-s le concede aún más abundancia [de tiempo para el estudio de la Torá], entonces, "Aquel cuyas manos son puras aumentará su esfuerzo", y [lo que es más:] "[Di-s considera] una buena intención [como una acción ejecutada]". Aun durante el resto del día, cuando está ocupado con la actividad comercial, será una morada para Di-s dando caridad de [los productos de] su esfuerzo. La caridad es uno de los atributos de Di-s, [que se nos conmina a emular, como dicen nuestros Sabios:] "Tal como El es compasivo... [así debes ser tú]", y como está escrito en Tikunéi Zohar: "La bondad es el brazo derecho [de Di-s]". Aunque uno no distribuya [como caridad] más de una quinta parte [de sus ganancias], esa quinta parte eleva consigo a Di-s a las demás cuatro partes, para que también éstas sean una morada para El. En una afirmación muy conocida, nuestros Sabios han declarado que la mitzvá de caridad es equivalente a [la ofrenda de] todos los sacrificios. Ahora bien, en el caso de los sacrificios, todas las criaturas vivas eran elevadas a Di-s por [medio de la ofrenda de] un animal, todas las plantas [eran elevadas] por [medio de la "ofrenda vegetal" que consistía principalmente en] "una décima parte de efá de harina fina mezclada con aceite", etc. Aparte de esto, como se explica más adelante, todo lo que uno ha comido y bebido y disfrutado en general para su salud corporal de los otros cuatro quintos [de su ganancia], es elevado a Di-s durante su estudio de la Torá y su plegaria.

Todos los tipos específicos de alegría enumerados arriba no impiden a la persona sentirse avergonzada y despreciada antes sus propios ojos, o tener un corazón quebrantado y un espíritu humilde, aun en el momento mismo de su alegría. Porque sus sentimientos de vergüenza, etc., son [generados] por [su propia conciencia de la bajeza de] su cuerpo y su Alma Animal, mientras que su alegría es [sentida] por su Alma Divina y la chispa de Santidad que está investida dentro de ella para animarla, como se dijera antes [en el cap. 31]. Observamos una afirmación similar en el Zohar: "El llanto se alberga en un lado de mi corazón, y la alegría se alberga en el otro".