Un grupo de expertos arquitectos se encontraban paseando en Londres. Cuando visitaron el “Big Ben”, uno de ellos preguntó: “¿Por qué el reloj está tan alto? Es demasiado incómodo. ¡Si estuviera en mi auto me sería muy difícil ver la hora!”

Uno de sus compañeros le explicó: “Años atrás, el reloj se encontraba a una altura mucho más baja, pero tuvo que ser modificado. Lo que sucedía era que, cuando alguien pasaba por allí, veía primero su propio reloj y luego el gran reloj. Al darse cuenta que la hora no concordaba, cambiaba las agujas del Big Ben, ajustándolo a la hora que indicaba su reloj. Eventualmente, luego de tantos ajustes el gran reloj se rompió”.

“Ahora”, concluyó el arquitecto, “cada uno debe ajustar su reloj conforme a lo ‘alto’, en lugar de ajustar lo ‘alto’ a lo que está ‘abajo’”