Es la advertencia con la cual se nos previnieron todas las acciones de brujería.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: no se ha de hallar en ti... quien practique hechizos.

Quien transgrede este Precepto Negativo es pasible de (la pena de muerte con) Sekilá — si fue adrede, y un Jatat fijo — si fue sin querer. Dijo El, exaltado sea: Bruja no has de dejar vivir.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en Capítulo Séptimo (del Tratado Talmúdico) de Sanhedrín.