Esta semana leemos un pasaje en la vida de Iaakov, que en principio, parece ser irrelevante, pero termina convirtiéndose en un momento cúlmine de su vida.
La Torá nos cuenta que después de cruzar a su familia, Iaakov vuelve a cruzar el río Iabok para buscar "unas pequeñas vasijas", esto llama mucho la atención , ya que Iaakov era muy rico y no tenia necesidad de ir el personalmente a buscar estas vasijas, arriesgándose físicamente y espiritualmente.
El Baal Shem Tov , explica que todos los objetos de nuestra propiedad "cayeron" en nuestras manos porque hay algo en ellos que debemos refinar , hay ciertas chispas de espiritualidad contenidas en esa materia que están aguardando a que las elevemos y nosotros somos los únicos capaces de hacerlo.
Por eso Iaakov no abandono siquiera estas pequeñas vasijas, pues el sabía que en ellas había algo por elevar.
No por casualidad, en ese viaje el ángel de Eisav luchó cuerpo a cuerpo con Iaakov, finalmente bendiciéndolo y dándole el nombre de Israel, que es el nombre que orgullosamente llevamos todos sus descendientes.
Cada objeto, momento, o situación en nuestra vida, están ahí para que los aprovechemos y utilicemos en nuestra misión de traer a Di-s al mundo.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy