Estimados lectores:
Muchos me preguntan ¿Di-s escucha mejor mis plegarias si las coloco en el Muro de los lamentos en Jerusalem? ¿Acaso no está en todos lados? Otros consultan en el mismo tenor ¿En la sinagoga hay más santidad que en mi casa? ¿Si Di-s está en todas partes?
Y la pregunta es válida. ¿Hay lugares más sagrados que otros?
En nuestra Parashá hay un versículo de cinco palabras que dice: “Veasu li mikdash, veshajanti betojam” “Háganme un santuario, y moraré dentro de ustedes”. Debería decir y “morare en el” no dentro de ustedes.
En realidad, Di-s nos pide que le hagamos un lugar para que pueda morar cómodamente dentro nuestro, que seamos humildes y no soberbios, que reconozcamos la grandeza divina y que Di-s pueda “vivir” dentro nuestro. Como somos seres humanos y tenemos cinco sentidos, somos sensibles al contexto, para poder lograr abrirnos a la santidad y abrir nuestro corazón a Hashem, necesitamos un marco especifico, por eso Di-s ordena que construyan el Mishkan, en ese lugar con ciertas cosas que ponen en sintonía para que nos inspiremos y logremos “subyugarnos” y ser una morada para Hashem.
La sinagoga, el mishkan, Jerusalem, el Kotel o el lugar que uno elige para inspirarse no es lo principal, lo más importante es que nos ayude a lograr nuestro objetivo y nosotros mismos ser recipientes aptos para la santidad.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy