Jacob sorprendió a José más aún al darle a Efraín precedencia sobre Manasés, a pesar de que Manasés era el mayor.
Inmunización vs. Influencia
וְאוּלָם אָחִיו הַקָּטֹן יִגְדַּל מִמֶּנּוּ וגו': (בראשית מח:יט)
[Jacob le dijo a José] “Pero su hermano menor será más grande que él.” Genesis 48:19

Como hemos visto, Manasés representa nuestra obligación de protegernos de las influencias negativas de lo que nos rodea. Efraín, en cambio, representa nuestra obligación de influenciar nuestro entorno, de redimirnos a nosotros y al mundo del exilio. Dado que antes de influenciar al mundo debemos asegurarnos de estar protegidos de sus tentaciones, José le puso a su primer hijo el nombre de Manasés, y deseó también darle precedencia al recibir las bendiciones de Jacob.

Sin embargo, al otorgar su bendición, Jacob se enfocó en el propósito de nuestro descenso al exilio: no la mera supervivencia espiritual, sino el crecimiento espiritual que resulta de nuestro enfrentamiento exitoso con el exilio. Es por eso que Jacob le dio precedencia a Efraín.

Lo mismo es aplicable en nuestro exilio: a pesar de que - tal como Manasés es el primogénito - asegurar nuestra identidad judía es el primer paso, nuestro propósito principal es ser un Efraín, influenciar positivamente al mundo que nos rodea.1