Tal como D-os les instruyó, Moisés y Aarón se presentaron ante el Faraón y su corte exigiendo la liberación de los judíos de la esclavitud. El Faraón les pidió pruebas de que realmente eran enviados de D-os. Tal como D-os les había indicado, Moisés le dijo a Aarón que tire su bastón al piso, y este se convirtió en serpiente. Pero el Faraón no se impresionó por esta maravilla dado que sus magos también eran capaces de hacer lo mismo. Así que D-os le dijo a Moisés que transforme las aguas del Río Nilo en sangre, siendo esta la primera de las diez plagas.
Calor y Entusiasmo
הִנֵּה אָנֹכִי מַכֶּה בַּמַּטֶּה אֲשֶׁר בְּיָדִי עַל הַמַּיִם אֲשֶׁר בַּיְאֹר וְנֶהֶפְכוּ לְדָם: (שמות ז:יז)
[D-os le indicó a Moisés que le diga al Faraón] “Ahora voy a golpear el agua en el río con el bastón que está en mi mano, y se convertirá en sangre.” Exodo 7:17

La primera de la diez plagas fue la transformación del agua fría del río en sangre caliente, significando la transformación de la fría indiferencia hacia la Divinidad en un cálido entusiasmo por ella. Esta tenía que ser la primera de las diez plagas, porque la indiferencia hubiera evitado que los egipcios fueran afectados por cualquier otra demostración del poder de D-os y de Su intervención en la vida.

Una lección similar se aplica a cualquiera que esté intentando dejar la esclavitud de su “Egipto” interno, la tiranía de sus instintos materiales y deseos del cuerpo aún no refinados. Nuestro primer paso en este proceso es reemplazar cualquier frialdad e indiferencia a todas las cosas judías y sagradas con un entusiasmo cálido y apasionado por D-os, Su Torá y Sus mandamientos.1