El aspecto más temible de esta plaga era que la manada de animales salvajes atacaba como una mezcla desordenada en vez de por especies. Esta anarquía y el terror que inspiraba es similar a lo que sucede cuando se traspasan los límites morales que mantienen a la sociedad intacta.
Hay valor en cuestionar la moral establecida de la sociedad secular, pero siempre y cuando estamos firmemente parados en nuestro compromiso para con los valores Divinos de la Torá. Sólo cuando tenemos claro qué valores son auténticamente sagrados, podemos evaluar apropiadamente cada elemento de la cultura secular y elegir qué absorber y que rechazar.
Cuando abrazamos esta distinción esencial entre valores sagrados y no sagrados, nos es más fácil mejorar nuestra conexión con D-os.1
Escribe tu comentario