A pesar de que los judíos habían renunciado a su participación en la cultura egipcia, el encanto del materialismo egipcio aún mantenía una fascinación para ellos. Por lo tanto D-os tuvo que sacarlos rápidamente de Egipto, mientras aún estaban lo suficientemente impresionados por las diez plagas y estaban dispuestos a dejar el único hogar que conocían y aventurarse a algo doblemente desconocido, lo inhóspito del desierto y una vida de santidad.
Lo mismo es verdad siempre que salimos de un “Egipto” personal, es decir, siempre que dejamos atrás la familiaridad de una forma anterior de vida y nos elevamos a un nuevo nivel de conciencia Divina y su correspondiente estilo de vida. Para mantenernos en nuestro nuevo camino es crucial sostener el momento y tomar todas las medidas necesarias para no volver a hábitos anteriores.
Sin embargo, en la Redención Mesiánica esta precaución no será necesaria. Dado que esta redención será absoluta y abarcará toda la realidad, no habrá posibilidad de volver atrás a la mentalidad de materialismo.1
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